Bogotá inició el pago por servicios ambientales

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, firmó este martes los primeros incentivos a la conservación ambiental rural en tres predios de la localidad de Usme, que suman 164 hectáreas. 156 hectáreas corresponden al predio Montebello, 7.5 hectáreas a Micania II y 0.5 hectáreas a Piedra Grande Arayán. Estos tres hacen parte de la vereda y de la microcuenca Curubital. Este programa promueve la conservación de áreas estratégicas y mejorar la calidad de vida de las comunidades a través de pagos por servicios ambientales. Así que, se espera implementar acuerdos de pagos por servicios en 1.000 hectáreas rurales durante esta Administración.
Los pagos por servicios ambientales son incentivos económicos en dinero o especie, creados por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, para promover la preservación y restauración de ecosistemas estratégicos del país. Se otorgan mediante acuerdos voluntarios entre la autoridad ambiental y propietarios, poseedores y ocupantes de predios en áreas y ecosistemas estratégicos.
“Este servicio ambiental no solo beneficia a su finca sino a toda la comunidad. Ese es el pago por sus servicios ambientales: estamos pagándoles por proteger las cuencas de agua, cambiar sus métodos de producción para que sean ambientales, conservar, cuidar y proteger el suelo”, agregó Claudia López.
El monto asciende a 1.680.000 pesos por hectárea conservada. Dicho pago, explicó la alcaldesa López, “se formaliza con un acuerdo entre el propietario de la finca y el Distrito. Se realizará dos veces al año. Se verifican los procesos a los que ellos se comprometen y, pasados seis meses se realizan sus pagos”.
El Distrito, junto con las comunidades de las zonas estratégicas, elaboró la propuesta del programa de incentivos bajo el esquema de acuerdos voluntarios de conservación con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Los poseedores de estos predios suscribirán un acuerdo voluntario con la Secretaría de Ambiente para realizar acciones que permitan la preservación, la restauración ecológica, la rehabilitación o la recuperación ambiental. Entre estas acciones se podrán realizar procesos de reconversión productiva, protección de las fuentes hídricas, fortalecimiento de huertas agroecológicas, implementación de actividades silvopastoriles, utilización de abonos orgánicos, priorización de la siembra, mantenimiento de especies nativas y aislamiento de áreas de importancia natural.
Esta estrategia se implementará en ocho zonas de interés ambiental: los Cerros Orientales, el embalse de Tominé, el páramo de Sumapaz, el parque natural Chingaza, el parque ecológico de montaña Entrenubes, la franja de adecuación y los corredores ecológicos de ronda de los ríos Tunjuelo y Fucha.