Opinión

Como lo manda la democracia

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

Lo que continúa sucediendo en y con Venezuela es inconcebible. No suena sensato que, sabiendo todo el mundo que las elecciones fueron fraudulentas, una semana después, Nicolás Maduro continúe atrincherado en el poder. Sin embargo, lo más importante está ocurriendo: los venezolanos quieren salir de ese Gobierno que ha demostrado sin contemplaciones, ser una dictadura y cuya principal evidencia ha sido la no entrega de las actas electorales del pasado domingo.

Es de no creer que la comunidad internacional haya tenido la ‘deferencia’ de pedirle a Maduro que publique las actas electorales, otorgándole días para hacerlo, cuando la realidad es que, según el CNE, los resultados se anunciaron, pasada la medianoche del domingo, con el 80 % de los puestos escrutados, lo que significaba que las actas de esos puestos ya estaban listas para ser difundidas. ¿Por qué la concesión con el tiempo? ¿Por qué abrir la puerta a consolidar el fraude, en vez de haberla cerrado con una exigencia inmediata?

El Régimen se siente acorralado, tan acorralado que entró en la casa de María Corina Machado, destruyó su biblioteca y se dice, la buscó para secuestrarla… O apresarla, como se prefiera. Recordemos que ese es el modo de operar de Maduro, quien lo aprendió de Chávez y quienes ya lo hicieron con opositores como Henrique Capriles y Leopoldo López, a quienes encontraron cómo dejar fuera de la jugada electoral, al lograr que la Fiscalía de cada época, los condenara por cosas que nunca hicieron… condenas políticas, no judiciales.

Ante esta situación, el jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, les dijo a los venezolanos que están listos para entrar en su país, porque la paciencia de U.S.A y de la comunidad internacional se agota, al vencer el plazo para presentar las actas. Para la Unión Europea, “es grato” condenar A Nicolás Maduro como autócrata y dictador, porque millones de venezolanos han buscado protección en Europa, en “búsqueda de refugio y libertad”.

Sin embargo, Maduro o la izquierda venezolana, planearon las cosas tan bien que, hoy en día, lo que les afectarían las sanciones de la región e incluso, de la misma OEA, es mínimo. Están aislados y no tienen inconveniente en quedarse así, porque ya saben cómo manejarlo. Los venezolanos ya se acostumbraron, como los cubanos, a tener lo que el Gobierno clasifica como “básico”, a sacarle provecho al poco turismo que los visita y a vivir resignados a lo que viene en la caja CLAP.

Por eso es que Venezuela, América Latina y el mundo, necesitan más que eso. Necesitan que todos los mandatarios de todos los países, se unan para cerrar filas ante Venezuela, aunque China y Rusia sigan siendo sus grandes aliados, porque no es justo que se irrespete la voluntad popular, manifestada de manera contundente en las urnas.

Es definitivo que nadie se imaginó cómo haría María Corina Machado, para conservar los registros de las actas y ponerlos en conocimiento del mundo. Porque seguirle abriendo oídos a países como Colombia, México y Brasil, que todavía son incapaces de ser decisivos ante un robo de semejante calibre, es seguirle abriendo la puerta a un régimen que tiene una investigación abierta en la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad y que no hace lo que el pueblo quiere o necesita, como lo manda la democracia.

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