Historias

El día que Lionel Messi me preguntó en Pereira si yo era feliz

Por Liliana Bustamante

No suelo escribir en primera persona, pero hoy me tomo este momento para recordar un instante muy especial como profesional. Un día en el sudamericano Sub-20 del Eje Cafetero del año 2005, tuve la fortuna de entrevistar a Lionel Messi. Ni por la mente se me cruzó en ese momento que llegaría a ser el gran jugador que es hasta el día de hoy, aunque la prensa especializada así lo advertía hoy recuerdo aquel instante como si fuera una blanquita privilegiada por haber entrevistado al 10.
En ese entonces, yo hacía parte de la Oficina de Comunicaciones de ese evento que se desarrollaba en el Eje Cafetero, gracias a la confianza del directivo quindiano Gustavo Moreno Jaramillo y del periodista James Padilla quien es un papá más y un mentor que la vida me regaló.
Aquel, fue el sub-20 donde se mostraron además de Messi, Matías Fernández, Rafiña, Marrugo, Rodallega, Falcao, Guarín, Dayro Moreno, entre otros. Ese breve instante (la entrevista con Messi) fue en el hotel Zatama o Zoratama de Pereira, no recuerdo el nombre exacto, pero allí se hospedaba la Argentina del entrenador Hugo Tocali.
En esa Argentina recuerdo también que la integraban unos futbolistas argentinos que luego fueron grandes, pero no al nivel de Messi. Entre ellos, Ustari, Barroso, Ezequiel Garay, Maidana, Lucas Biblia, Lavezzi, Peirone. La connotación para ese entonces es que además de ser muy nombrado Lionel Messi por su calidad deportiva, pues ya pertenecía al Barcelona de España, mostraba su habilidad y carisma con la pelota, pero en tanto talentoso, era tímido con la prensa. Es más, le calificaban de frío, parco e introvertido.
Debido a la calidad y a la gran expectativa que giraba en torno a dicho personaje, entrevistarle demandaba una alta habilidad, es más él, al igual que Matías Fernández de Chile, eran considerados antipáticos. Sin embargo, en aquella entrevista hecha en el lobby del hotel, Messi bajó para atender a unos hinchas argentinos que estaban de turismo… le pedí auxilio a uno de ellos para que me ayudara a acercarme pues el entrenador, Hugo Tocali manejaba unos horarios muy estrictos y el contacto con los medios era un poco más difícil de lo normal.
Su amigo argentino me dijo “vení, solo te da dos minutos porque Tocali es tocado”. Recuerdo que me acerqué con la misma timidez que seguro él tenía. Lo saludé y de entrada percibí que no mantenía contacto visual, que le costaba sostener atención en un solo estímulo y pues eso me limitaba un poco más para poderlo abordar. No obstante, le pregunté sobre sus expectativas para ese torneo, sobre la presión por el favoritismo que siempre su selección tenía, sobre su arribo a España unos meses atrás (julio de 2004) con 16 años.
Esa entrevista fue un día de enero de 2005 y que Argentina se alistaba para enfrentar a la Selección Colombia de Eduardo Lara… vagamente recuerdo que me dijo en las primeras repuestas que se sentía bien, que no estaba presionado en el sub-20. Que más allá del título lo importante era clasificar al Mundial de Países Bajos, el cual justamente ganó unos meses después, con lujo de detalles siendo el goleador. También con su tono bajo, pero moviendo una de sus piernas como una estereotipa que da cuenta de la ansiedad, y mordiéndose a veces las uñas, expresó que era un sueño hecho realidad llegar a la sub-20 porque tenía el presentimiento que a esa generación le vendrían grandes cosas. Y no se equivocó con su presagio pues varios de sus amigos fueron campeones de la Copa Libertadores, de la Sudamericana, y él mismo cosechó tantos títulos y Balones de Oro con la camisa azulgrana, que 21 años después un poco con ingratitud de dicho club, se tuvo que ir llorando pues su sueño era colgar sus guayos con esa camiseta.
Sobre su arribo al Barcelona manifestó que estaba aprendiendo, creciendo de la mano del Neerlandés Frank Rijkaard, aunque aún compartía mayormente con el grupo B, pero que él hacía su mejor esfuerzo por adaptarse a todo lo que para ese entonces le suponía un reto no solo deportivo sino cultural.
También explicó que hasta la fecha de su arribo a Colombia para ese sub-20 apenas había ‘mojado’ titular poquitas veces pero que no desconocía lo impactante e intimidante que era tener a su lado a tantas estrellas del fútbol. Supongo que lo dijo por Xavi, Iniesta, Ronaldiño, Deco, Etoo, Puyol, el Mexicano Rafa Márquez, entre otros.
Sin embargo y más allá que ese Sudamericano lo ganó Colombia, siendo el goleador Hugo Rodallega, hubo una respuesta que pervive en mi memoria emocional, en el hipocampo y en la amígdala.
Esa respuesta obedeció a mi pregunta sobre qué representaba para él que la prensa especializada de Argentina le comparaba en ese entonces con Maradona a lo que dijo algo así como que no le gustaba porque el Diego era el Diego, el mejor, que él solo quería vivir feliz en el fútbol y abrirse un camino con su sello.
Posteriormente le pregunté qué era para él la felicidad y me dijo que era poder hacer lo que más amaba, también ganar, advirtió que detestaba perder y además tener salud porque tuvo inconvenientes desde Niño (sobre lo que no pude ahondar pues el preparador físico empezó a llamarle para irse al entrenamiento) y más tarde pude indagar sobre sus dos trastornos prevalentes. Brevemente me dijo también que su sueño era devolverle a sus viejos todo lo que hicieron por él, porque creía que había sido programado para ser futbolista y divertirse a través de este deporte. Que los padres le decían que ya desde el vientre pateaba muy fuerte.
Finalmente ya apurado para subirse al bus le pregunté si en ese momento era feliz y su respuesta fue contundente con una contra pregunta: “por supuesto que sí. Yo diría que soy más que feliz. ¿Acaso vos no ‘sos’ feliz con tu grabadora en la mano practicando tu bonita profesión? Me dijo “chao” y se subió al bus… le vi subirse y perderse entre sus compañeros que desde esa época se notaba el enorme respeto que le tenían, no le hacían bromas, era muy aislado, enfocado cien por ciento en su profesión y sí, muy tímido e introvertido que para la prensa que vino a cubrir dicho certamen continental, era como un defecto, tal vez porque no entendían que Messi estaba llenito de detalles como lidiar desde niño con un trastorno por déficit de la hormona del crecimiento, que tuvo que someterse desde los diez años a tratamientos químicos y como si fuera proco tenía también un trastorno del espectro autista conocido como asperger y que es muy difícil para cualquier ser humano lidiar con situaciones como esas, que le limitan su vida social y su calidad de vida intra e inter personal.
En fin, no logro recordar si fueron cinco o diez minutos, para mí, ese momento lo capturo fotográficamente con orgullo en mi memoria y agradezco a Dios que me permitió verlo jugar en vivo varias veces y hoy tal vez tan cerca de conseguir el Campeonato Mundial de Mayores, que es una deuda que tiene pendiente, se me crispa la piel. Cualquiera podría decir que ¡Qué pereza que gane Argentina que porque son agrandados o porque se creen el ombligo del mundo! Entendibles esos conceptos, pero también hay que comprender las construcciones sociales tan diferentes que los seres humanos hacemos de todos los aspectos y en eso se aplica una regla de vida muy declarada en esta época de inclusión universal: “convivir en la diversidad”.
Yo en cambio digo, es un lujo pervivir en esta generación y ver el legado de un grande, que, aunque le moleste que le comparen con Diego y aunque difieren en muchos aspectos, sí es un ídolo para una generación que nunca lo vio inmerso en líos de consumo de sustancias psicoactivas, acusaciones por violencia de género o porque haya sido antipático. Tal vez lo único que le cuestionan, es que tuvo una deuda con el fisco español y que muchas veces le reclamaron por su baja interacción con la prensa, que obedece única y exclusivamente a su trastorno de asperger.
Es una pena que en el 2005 no existieran antivirus tan potentes que me hubieran permitido preservar ese audio pues tuve que formatear el computador. Para entonces no existían aún las nubes para hacer respaldo de archivos en la web. Y aunque no soy hincha de Argentina, sí soy hincha de Messi no solo por su talento, sino por su integridad. Jamás leí notas o paparazzi alguno publicando escándalos con su nombre. De hecho, lo más grosero que le escuché fue hace poco que le dijo ‘bobo’, a Louis Van Gaal.
Es un jugador que merece respeto y admiración por su naturaleza resiliente, por su talento que ojalá le lleven a dar la vuelta de campeón el próximo domingo en Catar.

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