Historias

Erika Paola Motta, una docente rural apasionada por la escritura de historias infantiles

Erica Paola Motta Totena se desempeña desde 2010 como docente de la institución educativa Fernando Villalobos Arango, ubicada en el corregimiento El Totumo de la Capital Musical. Es una licenciada en lengua castellana, con maestría y doctorado en Educación, que combina su amor por la pedagogía con la de escribir.

“Ingresé al mundo mágico de la literatura infantil con mi primer libro ‘Las Sopas de Camilo’. Posteriormente vino ‘ZIP que empiece el espectáculo’, continuamos con ‘Los Monstruos de Violeta’ y ‘El Baile de las manos’, un libro que presenté esta año en la Feria del Libro de Bogotá, que hace alusión a los procesos de inclusión de la comunidad sorda. Son libros ilustrados que están dirigidos a todo el rango etario de la infancia”, explicó la joven maestra.

Pero además de estas obras, cuenta con dos libros de corte pedagógico: ‘Entre Aprendizajes’, que es la historia de una licenciada en lengua castellana que no comprende las teorías de Lev Vygotsky y Urie Bronfenbrenner y a través de la estética del lenguaje lo entiende, haciendo una trasposición didáctica del conocimiento. También está, ‘Representaciones y Recuentos’, que es una reescritura de textos clásicos a través de una mirada didáctica que permite reflexionar sobre el otro en la educación.

Su objetivo es enamorar a los niños y adultos de los libros y las letras: “Es fundamental retomar el texto desde el ejercicio de la ensoñación y el acompañamiento, leer juntos y trabajar diferentes formatos como el libro ilustrado, álbum, silente, cartonero, carrusel, túnel, de metaimagen, que nos van a permitir además de profundizar en la historia, que ellos sientan atracción por el objeto libro”, agrega.

Sus libros se pueden adquirir en la editorial Casa de Libros, ubicada en el barrio Interlaken, o en las bibliotecas nacionales. Además pueden usarse en las aulas de clase, desde educación inicial hasta básica primaria, así como en casa.

“Es importante leer porque desarrollamos el goce estético, que nos lleva al deleite literario, nos permite profundizar en la otredad, a través de los mundos que se crean en la literatura; mejoramos los procesos de vocabulario y con ello la comprensión lectora y nos hacemos más humanos, ya que la literatura nos sensibiliza y nos permite ver en los demás lo que podemos contar a través de unas historias”, concluye.

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