Estrés… enemigo silencioso de nuestro bienestar
Todos en algún momento de la vida hemos padecido o enfrentado situaciones que generan estrés, ya sea por las responsabilidades del hogar, el trabajo, preocupaciones, deudas, la perdida de un ser querido o simplemente no hacer nada que nos rete, puede generar cambios en nuestro estado de ánimo y malestar físico, asociado al estrés. Estos síntomas a lo largo del tiempo terminan volviéndose parte de nuestra cotidianidad, parte de un padecimiento crónico que impacta no solo la mente si no el cuerpo.
Para empezar, quiero contarles que el estrés es una reacción de tensión que se activa ante un desafío o demanda y no siempre es malo para nosotros, ya que en pequeñas dosis nos ayudan a reaccionar ante una situación de peligro. El problema se presenta cuando se vuelve parte de nuestro diario vivir y terminamos acostumbrándonos a sus síntomas al grado que ni siquiera nos damos cuenta cuando el cuerpo genera señales de alerta, las cuales, al ser ignoradas pueden acarrear perores escenarios para nuestra vida.
Existen dos principales tipos de estrés:
Estrés Crónico: Este tipo de estrés, permanece en nuestra vida de manera permanente; cuando utilizo la palabra vida, me refiero a que asumimos que los dolores, malestares, incomodidades físicas y emocionales hacen parte de la cotidianidad y aprendemos a convivir con ellos.
Estrés agudo: Este tipo de estrés, desaparece y aparece en diferentes momentos de la vida, el mejor ejemplo de esto es cuando debemos hablar en público y no nos gusta, experimentamos estrés. El estrés agudo a comparación del crónico no afecta nuestra calidad de vida y en algún momento todos hemos padecido de este tipo de estrés.
¿Cómo saber qué tipo de estrés padezco?
Como explique en el párrafo anterior, el estrés agudo es fácil de identificar, cuando padecemos estrés crónico enfermamos con facilidad ya que nuestro sistema inmunológico se debilita haciéndonos propensos a cualquier infección, virus o malestar. Algunas de las enfermedades más “comunes” tienen como base o puede agravarse, debido al estrés crónico; una de ellas es la depresión, enfermedad que cada día es más frecuente en la población colombiana. Pero no solo la depresión es originada por el estrés, enfermedades como insuficiencias cardiacas, problemas de tiroides, diabetes y hasta la activación del virus culebrilla o herpes zóster pueden ser ocasionadas por este enemigo silencioso que cada vez toma con más fuerza cada situación de nuestra vida.
Para agosto de 2019 de acuerdo con un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Colombia, uno de cada cinco colaboradores padecía estrés y estoy segura que con la implementación del teletrabajo y el confinamiento que vivimos en tiempos de covid19, este número tendera a aumentar. Pero este es un tema que abordaré con mayor amplitud en mi próximo artículo.
Es por esto que hoy quiero dejarles unos tips para combatir el estrés y no acostumbrarnos o aferrarnos a él:
- Aprender a reconocer que padecemos estrés; sí, puede ser una recomendación obvia pero la mayoría de personas no lo reconocen y por esto es más difícil de trabajarlo. Es por esto necesario identificar las señales físicas y emocionales que nos generan diferentes situaciones cotidianas.
- Tomar conciencia de la respiración; es una tarea sencilla pero difícil, no todos sabemos respirar adecuadamente para que nuestros pulmones y nuestro cuerpo se oxigene. Respiramos con los hombros y no con el diafragma, esto hace que nos sintamos permanentemente agotados, por eso es importante respirar bien, iniciemos con pequeños ejercicios, después será parte de la rutina.
- Aprendamos a poner en orden las prioridades; hace mucho tiempo tuve un jefe que me repetía constantemente, identifica lo importante de lo urgente, pero para ella todo terminaba siendo urgente. Es así que los invito a evitar apagar incendios, que es cuando asumimos que todo es urgente en nuestra vida, hay cosas que pueden esperar…
- Alimentémonos bien; es algo que nos dicen siempre, pero realmente nuestro cuerpo necesita buenos hábitos alimenticios para tener la energía adecuada y desarrollar las actividades diarias, a demás hay alimentos que aumentan naturalmente nuestra energía y nuestras emociones.
- Realicemos actividad física, si no puedes ir al gimnasio, no tienes los elementos en casa para volverte una deportista, no significa que no lo puedas hacer. ¿Sabías que bailando quemas muchas calorías, ¿aumentas las endorfinas y te sientes feliz? ¡Así que pon música y baila!
- Descansemos el tiempo que necesitemos para recuperar la energía perdida durante el día. Esto se lo digo mucho a mis pacientes y lo repito acá, si no le das la orden a tu cerebro de desconectarte, él estará toda la noche alerta a lo que necesites, así que desconéctate una hora antes de dormir y relaja tu cuerpo para poder tener un sueño reparador.
Y por último sonríe, cada día es una oportunidad para vivir y agradecer que estas en casa protegido.