Irrespeto
Esta semana fue posesionada la profesora Ivonne Suárez, como nueva directora del Archivo General de la Nación. La Dra. Suárez era directora del Archivo de Memoria Oral para las Víctimas de la Universidad Industrial de Santander (AMOVI-UIS), donde es conocida por ser una destacada investigadora con énfasis en temas de Derechos Humanos y víctimas del conflicto armado. Ella es historiadora, especialista en Archivos, magíster en Estudios Hispánicos e Hispanoamericanos y doctora en Estudios Ibéricos e Iberoamericanos.
Sin embargo, tanto estudio no ha sido suficiente para que la profesora Suárez y la ministra de Cultura Patricia Ariza entiendan, que, para algunos colombianos, el respeto por nuestros símbolos patrios y lo que ellos representan, es absoluto. Y, aunque puedo sonar exagerada, soy una convencida de que la pérdida de tantos valores como la solidaridad, el civismo, el respeto a la autoridad, son consecuencia de las pérdidas que hemos tenido en las costumbres, en el lenguaje, en la manera de proceder.
Nuestro juramento constitucional se hace a Dios, ante la Patria. ¿De dónde y por qué, salieron a relucir las diosas del Olimpo y la matria? ¿Es legalmente aceptado este juramento y esta posesión es válida? Quizás haya quien piense que ese es un mal menor, que lo verdaderamente importante es que la nueva directora haga su trabajo y no robe, la mayor esperanza de todos. Sin embargo, considero que, modificar este tipo de símbolos sin sustento legal, debilita lo que somos como nación, porque nos hace ver despreocupados, volubles y sin cimientos ante lo que nos representa.
Estamos en la época de la inclusión y queremos hacer sentir a todos parte de todo y ese sentimiento está bien, es correcto, pero no hemos creado verdaderas bases para hablar de inclusión en todos los aspectos. Más que cambiar los juramentos, lo que deberíamos hacer es crear los medios y las herramientas para que todos los colombianos puedan caminar por nuestros andenes, puedan acceder al trabajo para el que están capacitados o a la bancarización, si la requieren. Estamos concentrados en que la gente escriba y aprenda a leer “Nosotres” o “Todxs”, creyendo que así eliminaremos prejuicios, pero no hemos involucrado en nuestro sistema cómo todas las personas ciegas, sordas o mudas, pueden acceder a la compra de ropa, medicamentos o al sistema bancario. Nos desgastamos demasiado con actos que pueden llegar a ocasionar molestias, y no enfocamos nuestras energías en crear verdaderas soluciones.
El acto de la ministra y la directora del Archivo General de la Nación deja mucho qué pensar, incluso ¿por qué solo nombró a las diosas del Olimpo y no a los dioses? ¿Será que estamos llegando a la época en que, para criticar y cuestionar el patricarcalismo, vamos a imponer el matriarcado? No es muy sensato criticar algo, comportándose de forma igual o peor. Deberían reevaluarlo.
