Opinión

Otra irresponsabilidad

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

Una vez más y como por no permitir que esta ciudadana se quede sin qué escribir en su columna semanal para este importante medio, el presidente Gustavo Petro salió con otro disparate la semana anterior: imprimir billetes para reparar a las víctimas del conflicto.

Sucede que, reparar a las víctimas del conflicto armado en Colombia, tendrá un costo de 334 billones de pesos y, actualmente, con los 2 billones que les entrega el Gobierno, nos demoraríamos 150 años en cumplir el cometido. Por eso, la propuesta del burgomaestre consiste en imprimir billetes que vayan directamente a las víctimas para que no impacten el sistema financiero. ¿Será que el señor les va a entregar el dinero “puerta a puerta” para que no lo bancaricen? ¿No se da cuenta el presidente que, después de estar el dinero rotando en el mercado, afecta a la inflación y al PIB?

Además, esta propuesta me deja preguntas: ¿No debería salir este dinero de los victimarios? ¿No son ellos los responsables de la reparación? ¿Reparar a las víctimas no fue uno de los compromisos asumidos en el Acuerdo de paz? ¿Por qué el dinero para esa causa lo está aportando el Gobierno? Es claro que procede de las arcas del Estado, porque éste lo administra después de haberlo recibido de los grupos delincuenciales, pero la reparación no debería hacerse desde del erario, debería ser dinero aportado por quienes entregaron las armas.

La ventaja, ante la descabellada idea del presidente Petro es que, por orden constitucional, el Banco de la República por unanimidad de su Junta Directiva, es el único responsable de tomar la decisión de si se imprimen más billetes en Colombia. Muestra de ello es que, en 2021, decidió imprimir 61 billones para atender la pandemia, el mal llamado “estallido social” y las consecuencias que estos dos hechos ocasionaron. No podemos perder de vista que, a pesar de las buenas intenciones, estas decisiones traen consecuencias que impactan de diversas maneras a la economía y a la comunidad.

Yo respaldo la importancia que tiene el reparar a las víctimas del conflicto, pero imprimir papel moneda no es la solución. Recordemos que este patrón sigue los pasos que ya dieron Perú, Argentina y Venezuela, llevando en este último, a que las personas aprendieran a “tejer” bolsos y diversos elementos con billetes, todo con la idea de poder venderlos a los turistas y conseguir verdaderos ingresos, que les permitieran mercar para sus familias.

No podemos olvidar que, cuando en otrora por orden presidencial se prendía la maquinita de hacer billetes (la Constitución del 91 lo cambió), la inflación en nuestro país alcanzó a llegar al 36 %.

Esperemos que la Junta Directiva del Banco de la República realmente conserve su cordura e independencia y no se deje presionar por el presidente para tomar acciones que sólo perjudicarían al país. No como ha hecho el Congreso de la República que cambia de opinión con la facilidad con que usted o yo cambiamos de medias.

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