Opinión

Llamado a la sensatez

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

Hoy, primero de mayo, es una fecha importante para la mayoría de los trabajadores. Muchas asociaciones y agremiaciones aprovechan la oportunidad para marchar en favor de las solicitudes que han presentado o van presentar ante el gobierno. Es una fecha empleada por los trabajadores en su mayoría, para marchar contra el gobierno de turno, para decirle en qué puede mejorar y cómo esperan que lo haga.

Sin embargo, este 2023 será el año en que sean los seguidores del gobierno de turno los que salgan a marchar, por lo menos, a eso está incitando el presidente Petro desde su cuenta de Twitter, quien se encuentra inconforme porque sus propuestas y reformas no han sido aprobadas en el Congreso, a pesar de las alianzas hechas y de la mermelada repartida para lograrlo. Y aunque es claro que el derecho a manifestarse es para todos, por el bien de Colombia y de quienes habitamos en ella, debemos garantizar que esto no termine en otro estallido social, que es a lo que ha estado incitando el mandatario a través de diversos discursos y de sus redes sociales. En diversas oportunidades, el presidente y sus seguidores han manifestado que el pueblo debe salir a las calles a mostrar su desacuerdo porque las propuestas del cambio, por las que votaron once millones de colombianos, no han sido aprobadas sin reparo.

Y es allí donde debemos tener cuidado, porque una cosa es la manifestación consagrada en el Artículo 37 de la Constitución que indica que “Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente…” y otra, muy diferente, es aprovechar este encuentro y sus demandas para volverlo violento y abusivo, agrediendo personas, edificaciones o instalaciones. Como país, no podemos desconocer que estamos atravesando una situación compleja, con un dólar en ascenso que nos deja en desventaja como importadores de productos o insumos; con empresas que están temerosas ante una economía que se siente inestable frente a tantos cambios que más parecen pensados para perjudicarlas que beneficiarlas y con la mayoría de ciudadanos asustados porque aún no entienden cómo los cambios pensados, van a beneficiarlos.

Desde esta columna quiero hacer un llamado a la sensatez frente a las marchas del primero de mayo, porque lo importante de estas coyunturas es sacar lo mejor de ellas para todos, pero no podemos aprovecharlas para promover acciones que vayan en contra de la democracia ni del derecho. Como ciudadanos, debemos estar a la altura de la necesidad que tiene nuestro país y presentar opciones que nos permitan encontrar salidas benéficas para todos. El Gobierno debe ser aun superior que los ciudadanos y demostrar que está en capacidad de negociar sus propuestas porque, aunque fue elegido democráticamente, no podemos desconocer que el país se encuentra dividido y que la mitad de él, no cree en los cambios que quiere realizar.

De Gustavo Petro como presidente, esperamos que tenga la capacidad de presentar sus propuestas y negociarlas limpiamente en el Congreso, dando a conocer los beneficios que traerán para los ciudadanos, no pretender que, por haber sido elegido por la mayoría de los colombianos, estamos en la obligación de decir que sí a todo lo que propone. Por eso, porque ganó en democracia, debe usarla para demostrarnos las bondades de sus propuestas. Aprovechar un día como hoy para motivar a sus electores a que salgan a las calles para apoyarlo está dentro de lo esperado. Lo que ojalá no se le ocurra es incentivarlos a usar la fuerza para destruir lo que cada uno de nosotros ha construido y ninguno de ellos está en capacidad de  sustituir jamás.

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