Mi primera vez
“Cuando se hace algo por primera vez, se libera un pequeño demonio”.
– Emily Dickinson-
Se acerca diciembre y estaba recordando la primera vez que decoré mi casa con un árbol de Navidad natural, un enorme pino silvestre que llegó con abeja incluida, desprendía su delicioso aroma y al que debía ponerle agua al menos día de por medio. El cultivo de árboles de Navidad es una actividad agrícola y versados en el tema explican que un árbol natural es mejor para el medio ambiente que uno artificial. Sabiendo esto, me dispuse a la compra y lo recuerdo como una maravillosa primera vez.
Lo anterior me hizo pensar en las primeras veces. La infancia y temprana juventud son tiempos de primeras veces, era cuando más aprendíamos y vivíamos experiencias nuevas sin limitarnos por el miedo, el tiempo o el dinero. Los primeros pasos, la primera palabra pronunciada, la primera vez que montamos bicicleta o que aprendimos un deporte, el primer viaje, los primeros amigos, el primer día de colegio, la primera fiesta, la primera cita, el primer amor, el primer beso…
Esas primeras veces se van con el tiempo; a algunas les llega el olvido, unas más se convierten en parte de la rutina, varias se trasforman en habilidades y otras suceden solamente una vez.
¿Usted recuerda cuándo fue la última vez que hizo algo por primera vez? estamos tan sumergidos en los deberes diarios que casi no nos damos la oportunidad para primeras veces, no destinamos o tenemos momentos para experimentar cosas nuevas, no pensamos en ello siquiera y cuando lo pensamos ponemos limitantes y nos decimos a nosotros mismos que ya es “tarde” para eso.
Siempre hay cabida para las primeras veces, esto incluso puede sacarlo de la cotidianidad y suelen ser cosas muy sencillas y simples, no tiene que salir corriendo ahora a lanzarse de un paracaídas. Se me ocurre por ejemplo: la primera vez que deja de usar al menos una de sus redes sociales por un día, la primera vez que decida tomar café sin azúcar, la primera vez que use un color distinto a los que acostumbra, la primera vez que va a acampar, la primera vez que done sangre, que va a votar, que come algo que no imaginó, que paga la comida de alguien que necesite o que toma una ruta diferente para ir al trabajo. Si tiene la fortuna de bañarse con agua caliente, qué tal la primera vez que se duche con agua fría o la primera vez que pase un día sin tanta queja y la reemplaza por el agradecimiento.
Luego de hacer cosas cotidianas puede ir un poco más allá: pasar algunos de sus días libres solo, aunque esté casado y con hijos, o celebrar su cumpleaños de una manera diferente, ir por primera vez de visita al lugar de nacimiento o a la tumba de alguien a quien admire o que sea un ícono de la cultura, y si por primera vez destina un porcentaje de su salario para alguna buena causa, ir a ver ballenas o explorar un paraje natural puede ser divertido, la primera vez que diga lo que realmente siente y piensa, eso sí que es más osado.
Seguramente en cuarentena hizo algunas cosas por primera vez y quizá algunas de ellas fueron difíciles al comienzo y ahora están incorporadas a su vida diaria o fueron sólo eso, sólo una vez.
50 First Dates (Como si fuera la primera vez), es una película en la cual la protagonista ha perdido la memoria de corto plazo y su pareja se da a la tarea de conquistarla nuevamente cada día.
Explorar, ser adaptable, divertirse, vencer el miedo, expresar, disfrutar de los momentos, experimentar nuevas y agradables sensaciones, son cosas que sacamos de nuestro radar y que hacen parte de la chispa de la vida. No perdamos la capacidad de asombro tanto en las situaciones rutinarias como en aquello que vayamos a realizar por primera vez.
Sus actividades diarias incluso pueden tener un toque novedoso; compre flores, decore su escritorio de manera distinta, elija otra cosa para su desayuno.
Recuerde su primer trabajo y la emoción al recibir ese primer pago, repita ese vestido, úselo y siéntase como si fuera la primera vez. Traiga a su memoria qué fue aquello que le gustó tanto la primera vez que lo hizo y qué repetiría una y mil veces más.
Hay personas que cuando las vemos por primera vez no pensamos que van a ser tan importantes, otras con las que cometemos maravillosas locuras por primera vez y unas más que afortunadamente vemos una única vez.
Siempre hay una primera vez para todo, la del arbolito de Navidad me quedó gustando y ahora lo hago cada año, me aseguro de que no traiga abejas y lo disfruto como si fuera la primera vez.
Porque hoy es jueves de volver a lo que fue, lo que es, lo que siempre será…que lleguen muchas primeras veces y se repitan siempre las mejores.