Salud

Nuevo estudio advierte sobre menor esperanza de vida y mayor riesgo de salud mental en personas con TDAH

Un reciente estudio publicado en The British Journal of Psychiatry ha revelado que las personas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) tienen una esperanza de vida significativamente más corta en comparación con la población general, además de un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental.

Según el análisis realizado en el Reino Unido con más de 30.000 participantes diagnosticados con TDAH, los hombres podrían vivir entre 4,5 y 9 años menos, mientras que las mujeres verían reducida su expectativa de vida entre 6,5 y 11 años.

La investigación no solo refuerza estudios previos sobre el impacto del TDAH en la mortalidad, sino que también destaca la necesidad de estrategias de intervención temprana para reducir estos riesgos.

Factores que afectan la esperanza de vida
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por dificultades en la concentración, impulsividad y problemas en la regulación emocional. Si bien muchos individuos con este diagnóstico llevan una vida plena, el estudio apunta a que ciertos factores asociados pueden contribuir a una menor longevidad.

Entre ellos, se encuentran un mayor índice de ansiedad, depresión y trastornos de personalidad. Además, las personas con TDAH tienen más probabilidades de presentar conductas de riesgo, como el consumo de tabaco y alcohol, autolesiones o intentos de suicidio. También se identificó una mayor incidencia de enfermedades físicas, como diabetes y colesterol elevado, que podrían estar vinculadas a hábitos poco saludables y dificultades en la gestión de la salud.

¿Por qué el TDAH puede impactar la longevidad?
El estudio no establece una relación de causa y efecto directa, pero sugiere que la combinación de factores biológicos, conductuales y ambientales podría influir en la reducción de la esperanza de vida.

Expertos advierten que el acceso limitado a diagnósticos y tratamientos, especialmente en adultos, podría ser un factor clave en estas diferencias. En muchos países, el TDAH sigue viéndose como un trastorno exclusivo de la infancia, lo que dificulta que los adultos reciban apoyo adecuado para manejar sus síntomas.

Además, factores genéticos y condiciones adversas en las primeras etapas de vida podrían desempeñar un papel tanto en el desarrollo del TDAH como en la propensión a problemas de salud a largo plazo.

La importancia del tratamiento y el apoyo
A pesar de estos hallazgos, especialistas enfatizan que con el tratamiento adecuado, las personas con TDAH pueden llevar una vida saludable y productiva. Las estrategias incluyen terapia cognitivo-conductual, medicamentos y cambios en el estilo de vida, como una alimentación balanceada, ejercicio regular y técnicas de manejo del estrés.

Un estudio realizado en Suecia en 2024 encontró que el uso de medicación para el TDAH estaba asociado con una reducción del 19 % en el riesgo de mortalidad dentro de los dos años posteriores al diagnóstico, lo que refuerza la importancia del acceso a tratamientos efectivos.

Hacia una mejor calidad de vida
Los investigadores destacan la necesidad de mejorar la educación sobre el TDAH, fomentar diagnósticos oportunos y garantizar que las personas con esta condición reciban el apoyo necesario para minimizar los riesgos de salud asociados.

Asimismo, recomiendan que los sistemas de salud incluyan evaluaciones periódicas de salud mental y física en pacientes con TDAH, lo que permitiría una intervención más efectiva para prevenir complicaciones a largo plazo.

Si bien el estudio plantea preocupaciones importantes, también abre la puerta a nuevas investigaciones sobre cómo mejorar la calidad de vida de las personas con TDAH y reducir la brecha en la esperanza de vida.

Danna Michelle Santos

Danna Michelle Santos

Estudiante de comunicación social y periodismo – Universidad de Ibagué.

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