Historias

Pobre País Rico

Sandra Liliana Pinto Camacho

Sandra Liliana Pinto Camacho

Ingeniera Industrial PUJ & Administradora Hotelera AH&LA

“Yo estoy resuelto a luchar contra todo y contra todos sin más baluarte que la confianza y el apoyo de mi pueblo.”

Emiliano Zapata

Me resulta trágico, por decirlo menos, que cada contienda electoral se convierta en una decepción que hunda aún más a los jóvenes en el abismo de la desesperanza, en especial cuando vivimos en un país con tantas riquezas que se pueden aprovechar.

De acuerdo con el World Factbook[i], una publicación producida por todos los organismos de inteligencia de EE.UU. para los políticos de ese país, Colombia es el cuarto productor de petróleo de América Latina y el cuarto extractor de carbón del mundo; el tercer exportador de café y el segundo de flores cortadas. El Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación o UNEP-WCMC (por su acrónimo en inglés) destacó a Colombia como el segundo país con el mayor índice de biodiversidad de la Tierra[ii]después de Brasil; con el más grande territorio de páramos en el mundo; ocupando la primera posición mundial en número de especies de orquídeas y aves; la segunda posición en plantas, anfibios, mariposas y peces de agua dulce; tercer lugar en especies de palmeras y reptiles y el cuarto lugar en la biodiversidad de mamíferos.

En un mundo en que la escasez de agua afecta a cuatro de cada diez personas, cifra que la ONU prevé que para 2050 ascienda a una cuarta parte de la población mundial, Colombia es el sexto país con mayores reservas de agua dulce[iii], con mayor cantidad de ecosistemas que producen agua y con precipitaciones por encima del promedio mundial. Y, como si esto no fuera poco, Colombia es el segundo productor de ferroníquel a nivel mundial y el noveno de níquel; el cuarto territorio más extenso en Latinoamérica y el tercero más poblado.

Sin embargo, a pesar de toda esta riqueza que nos podría perfectamente catapultar como una potencia económica a nivel mundial, cada cuatro años aparecen los candidatos a la presidencia (y a las diferentes corporaciones elegidas popularmente) inundando las redes y la vida real con muy elaboradas propuestas que hipnotizan a quienes esperan ayuda para solucionar sus dificultades diarias, y que, finalmente, cuando terminan su periodo, no ejecutan, dejando al país peor que como lo encontraron.

En las protestas que se desataron en noviembre de 2019 cuando el Ministro Carrasquilla radicó su famosa e inoportuna reforma tributaria, los jóvenes colombianos manifestaban a través de pancartas: «Si un pueblo sale a protestar en medio de una pandemia, es porque el gobierno es más peligroso que el virus», en un momento en que los contagios por cuenta del COVID 19 alcanzaban niveles máximos y el gobierno demoraba, por distintas razones, el comienzo del plan de vacunación.

Y es que, mientras algunos podíamos trabajar virtualmente a través de un computador recibiendo los ingresos necesarios para mantenernos, otros perdieron sus trabajos o debieron cerrar sus negocios, acumulando deudas para las que acudieron a onerosos créditos que los sumieron aún más en la desesperación.

De acuerdo con datos reportados por el DANE se sabe que en aquel momento, en 2,3 millones de hogares solo se alimentaban dos veces al día y que el 19% no contaban con ahorros para sobrellevar esta situación.

En tal contexto resultaba increíble que un gobierno que se considera “protector del pueblo” presentara iniciativas para impedir que bajara la calificación del riesgo para próximos préstamos que otorgarían al país organismos internacionales, que al mismo tiempo aumentaban la cantidad de personas y empresas que debían pagar el impuesto a la renta así como el precio de los productos de consumo básico y  los servicios públicos al sumarles el IVA.

En contraposición, increíblemente la propuesta no incluía la disminución de las exenciones al sector financiero o a los grandes capitales, lo que fue percibido como una injusticia mayúscula.

El inadecuado manejo de las protestas sociales por parte del Esmad y la Policía incrementaron un sentimiento de desamparo en la ciudadanía y de incredibilidad y temor frente a las autoridades y las instituciones.

La presentación del presidente vestido de patrullero en un CAI, enviaba un claro mensaje de apoyo a quienes habían asesinado frente a cámaras de celulares a Javier Ordoñez y trece personas más en las protestas generadas por el asesinato del primero.

El desacierto del presidente fue corroborado por organizaciones internacionales de derechos humanos como la CIDH, Naciones Unidas, HRW, Amnistía Internacional y la Unión Europea, quienes condenaron los actos de tortura y el uso excesivo de la fuerza por parte de la fuerza pública.

La negativa del gobierno nacional a dialogar con el pueblo adolorido y necesitado, exponía su indolencia frente a la crisis social que se estaba viviendo.  Aún resuenan en mis oídos los gritos de la madre de Santiago Murillo al recibir el cuerpo inerte de su hijo asesinado cuando pasaba cerca de donde se desarrollaban las marchas en Ibagué.  La falta de apoyo del Ejecutivo para con las víctimas y la defensa que ha asumido de los victimarios, se ejemplifica en la familia de Santiago que libra toda una lucha jurídica para que se apliquen las penas que corresponden al mayor de la policía Jorge Mario Molano, quien disparó el arma con que fue asesinado este joven de tan solo 19 años y quien ahora, proclamándose inocente, está realizando innumerables maniobras para dilatar el proceso en búsqueda de salir libre e impune por el vencimiento de los términos.

Hace cuatro años entregamos a Duque con ilusión un país con toda la riqueza para transformarlo en una potencia económica y social y, en cambio, nos está devolviendo un Estado que pareciera no tener principios, valores, ni futuro.

Los hoy potenciales electores han reclamado a varios candidatos su falta de participación en las marchas, el no haberse manifestado durante las protestas y, finalmente, no haber leído en cada una de sus demandas las necesidades que se requiere solucionar de manera prioritaria en un país que a pesar de todo, aún conserva un patrimonio enorme que debe ser aprovechado para todos y no reservado para el disfrute de unos pocos.

El candidato Gustavo Petro, como lo reseño El País de España[iv], salió por primera vez a marchar en mayo de 2021, siendo tomado por algunos como una forma de capitalizar el descontento social en las actuales elecciones a la presidencia.  Otros han afirmado que su grupo político apoyó la continuidad de las protestas lo que pareciera confirmar la entrega que hizo Gustavo Bolívar de elementos de protección personal a la llamada “primera línea”.

Por su parte, el candidato que representa la derecha y el continuismo, Federico Gutiérrez, ha tenido que soportar la sanción social que representa pertenecer al partido de un gobierno que no solamente hizo oídos sordos a las angustiadas llamadas de auxilio de sus ciudadanos, sino que defendió a quienes, debiendo protegerlos, levantaron las armas en contra de ellos.

Los apoyos recibidos en los últimos días por los candidatos que lideran las encuestas para la Presidencia de la República han despertado un sentimiento de desengaño y desilusión en quienes creíamos que, esta vez sí iba a haber un cambio.

No será fácil depositar un voto por cualquiera de los candidatos con la duda de si en cuatro años, cuando miremos hacia atrás, encontraremos nuevamente que el hambre no ha sido saciada a pesar de ser el segundo país del mundo con mayor biodiversidad; que habrá regiones donde los niños se seguirán muriendo de sed o de enfermedades derivadas de la impotabilidad del agua en el sexto país con mayores reservas del mundo; que los ingresos de las exportaciones serán utilizados en contratos en donde se perderá el dinero sin que ningún organismo de control castigue o sancione a los responsables; que habrá madres llorando la partida prematura de sus hijos asesinados por quienes debían protegerlos, en fin, no será fácil votar a sabiendas que entregaremos el más grande de los tesoros a aquellos que practican el arte de la política, que como dice Louis Dumur:

La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”.

[i] https://www.cia.gov/the-world-factbook/countries/colombia/#economy

[ii] https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/paises-mas-biodiversidad-mundo_15317

[iii] https://www.elagoradiario.com/agorapedia/10-paises-mayores-reservas-agua-dulce/

[iv] https://elpais.com/internacional/2021-05-19/gustavo-petro-se-suma-a-los-manifestantes-en-colombia.html

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