Un año atrás y ¿ahora qué?

«…Pero de repente, al levantar los ojos
hacia la luz del cielo, te das cuenta:
tu vida es un puro regalo…».
– Joseph Brodsky –
Hoy festejamos la víspera de año nuevo, la última noche del año, la noche de San Silvestre (San Silvestre gozó del papado en el siglo IV y murió un 31 de diciembre). Esta fecha se considera en algunos lugares una noche de meigas (brujas) y posiblemente de allí surgen los rituales, agüeros y tradiciones populares.
Avanzan mis letras con los minutos, es casi Nochevieja, pronto serán las doce y como en el Brindis del Bohemio celebraré entre risas, chascarrillos y versos la agonía de este año de amarguras para muchos y que ha llegado a pasar entre los muertos. Brindemos como en dicho Brindis, por la esperanza que a la vida nos lanza y las penas mitiga, por el ayer, por las mujeres seductoras (y por los hombres también – digo yo-), por la patria, las flores y los castos amores…
Celebremos el cierre de ciclo, acomodémonos en el universo y dejemos de culpar al 2020. Cuántas cargas, obligaciones y expectativas hemos puesto desde antes de nacer en este 2021, démosle la bienvenida agradecidos y confiados, responsabilicémonos de nuestras decisiones sin cederlas al azar, reconozcamos miedos sin dejar a cargo de la champaña, las uvas, las campanas, las lentejas, las hierbas y las prendas amarillas el escenario incierto.
Sin punto, ni coma, ni espacio, así es la ortografía de los años; la vida se escribe distinta, tiene sus pausas, ritmos y tiempos. Espero que con la llegada del Feliz Año Nuevo se manifiesten nuestros deseos, que sea venturoso, que el espíritu de paz se difunda por el mundo y el de la salud, el amor y la prosperidad por nuestras vidas.

Porque hoy es jueves de volver a lo que fue, lo que es, lo que siempre será…porque siempre vendrán nuevos y más años y otros caducarán. Que suenen las copas y aunque con los tapabocas que los tiempos venideros sean mejores para todos. Que sea un año de amores y se vayan los dolores.
Yo brindo como Arturo, el bohemio puro de noble corazón: «…Brindo por la mujer que me arrulló en sus brazos y que me dio en pedazos, uno por uno el corazón entero…». Doy gracias por lo bueno que viene, brindo por el amor, la familia, los amigos y los sueños, brindo por los momentos que atesoramos en el corazón.
Parafraseando a Emily Dickinson: un año atrás y ahora qué «si ser mayor es sentir más dolor, hoy soy lo suficientemente grande».
Les deseo con amor, un feliz Año Nuevo.
Requiescat in pace 2020, gracias por tu legado.
¡Salud!
«Nada sucede dos veces
ni va a suceder, por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos.
En esta escuela del mundo
ni siendo malos alumnos
repetiremos un año,
un invierno, un verano.
No es el mismo ningún día,
no hay dos noches parecidas,
igual mirada en los ojos,
dos besos que se repitan»
Wislawa Szymborska – Premio Nobel 1996