Historias

Zelensky, Un Presidente de Película

Sandra Liliana Pinto Camacho

Sandra Liliana Pinto Camacho

Ingeniera Industrial PUJ & Administradora Hotelera AH&LA

“Yo estoy aquí, no vamos a deponer las armas, defenderemos nuestro Estado, nuestro territorio, a nuestra Ucrania, a nuestros hijos; eso es todo lo que tengo que decir; ¡Gloria a Ucrania!”

Volodímir Zelenski

Con aspecto demacrado después de la tercera noche en vela bajo los bombardeos rusos, el Presidente Volodímir Zelenski aparecía en vídeo de manera desafiante, en el centro de Kiev a pesar de la invitación hecha por el Presidente Joe Biden y, según varias fuentes, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, quienes se ofrecieron a sacarlo de Ucrania para evitar que fuera capturado por los rusos. Él se negó a huir:

“La lucha está aquí, lo que necesito es munición, no un viaje”.

En su discurso de investidura, tras vencer en las elecciones de 2019 con un 73,22% de los votos en la segunda vuelta al entonces presidente Petró Poroshenko, Zelenski pronunció unas palabras que, a la postre, definen su mandato:

“Os aseguro que, para que nuestros héroes dejen de morir, estoy preparado para hacerlo todo. No tengo miedo a tomar decisiones difíciles. Estoy preparado para perder mi popularidad, mis valoraciones, y —si hiciera falta— estoy preparado para perder este puesto para traer la paz”.

Estas premonitorias palabras daban cuenta de la guerra entre Rusia y Ucrania que ocurría en el Donbás, la región más poblada de Ukrania, hacía más de 5 años y que contaba la trágica cifra de 13.000 víctimas.

En abril del año pasado, Rusia comenzó a colocar tropas en la frontera ucraniana anunciando una invasión que finalmente se produjo en la madrugada del 23 al 24 de febrero de 2022.

Del otro lado estaba Vladímir Putin, quien ha sido Presidente de la Federación de Rusia desde marzo del 2000, de manera directa o en contrapuesta persona, y lo continuará siendo hasta por dos mandatos más de seis años cada uno, cuando finalice su presidencia en 2024.

Hijo de un capataz de una fábrica, se graduó como abogado en la Universidad Estatal de Leningrado.  Comenzó su carrera como agente de la KGB llegando a supervisar la lealtad de los diplomáticos soviéticos antes de involucrarse en política bajo el amparo del Presidente Boris Yeltsin quien lo nombró Administrador Jefe Adjunto del Kremlin; Jefe del Servicio Federal de Seguridad; Secretario del Consejo de Seguridad Ruso y, en agosto de 1999, Primer Ministro.

En diciembre de ese mismo año, Yeltsin renunció en medio de un escándalo y Putin se convirtió en presidente interino otorgando inmunidad judicial a Yeltsin.

La actitud “zarística” ostentada por Putin le ha mostrado al mundo un ser despreciable, capaz de encarcelar a una anciana que pedía dar fin a la guerra e incapaz de mostrar cualquier clase de sentimientos ante el dolor de las miles de mujeres y niños que han tenido que dejar sus hogares bombardeados en una interminable fila de refugiados de Ukrania a los países vecinos.

Del otro lado, Zelenski, con su actitud negociadora y defensiva, ha despertado un emotivo apoyo internacional y la inusitada colaboración de personas como Elon Musk quien ha enviado varias terminales Starlink con el propósito de mantener a Ukrania comunicada vía Internet, llegando inclusive a retar a Putin desde su cuenta de twitter a un combate individual:

“Por la presente desafío a Valdimir Putin a un combate individual. Lo que está en juego es Ucrania”. Seguido de otro tweet en el que etiqueta a la cuenta oficial del Gobierno ruso y que dice: “¿Estás de acuerdo con esta pelea? @KremlinRussia_E”.

Las sentidas ovaciones ofrecidas a Zelenski por el Congreso de los Estados Unidos y los Parlamentos Europeo, de Reino Unido, Canadá y Alemania, parecen salir de alguno de los capítulos de la serie en la que actuaba como presidente y que lo llevaron a la popularidad en su país.  Hoy su heroísmo no es una actuación. Sus trajes camuflados, el lenguaje franco, el desespero de sus súplicas pidiendo ayuda y al tiempo, la fortaleza que transmiten sus palabras a un pueblo atemorizado por el hostigamiento de una gran potencia, lo han hecho un ejemplo de liderazgo en el mundo:

“La noche será dura, muy dura. Pero la mañana llegará”.

Ha sido de tal carácter su determinación que aunque el plazo para la presentación de candidatos al premio nobel de paz terminó el 31 de enero, un grupo de políticos europeos ha solicitado una excepción para que lo incluyan:

“Consideramos que es el momento para demostrarle a la población de Ucrania que el mundo está de su lado”, expresan en la carta enviada a Noruega, país encargado de entregar el galardón en la categoría de Paz, “es nuestro deber democrático levantarnos contra los autoritarismos y apoyar la lucha del pueblo ucraniano por defender la democracia en su país”, concluyen.

Ad portas del proceso democrático para escoger al próximo presidente de Colombia, nos debe ser permisible soñar con tener a alguien en la Casa de Nariño que tenga la suficiente valentía para jugarse hasta la vida con y por su pueblo de la forma en que lo ha hecho Zelensky, para conservar uno de los valores que nos hemos acostumbrado a tener a medias, la libertad.

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