Opinión

Ahí no hay quien viva

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

Comunicador Social – Periodista; Especialista en Derechos Humanos y Competencias Ciudadanas de la Universidad del Tolima.

Aterrador. No podría haber otro calificativo para el video presentado en redes sociales y distintos medios de comunicación, incluso nacionales, en donde se denuncia a una familia del barrio Irazú en Ibagué, por cuenta del hostigamiento y las amenazas que han proferido en contra de sus vecinos desde el año pasado.

Palabras de grueso calibre, acoso con música a alto volumen en las noches, e incluso golpes y maldiciones al estilo de la exitosa novela de finales de los 90: “La Saga Negocio de Familia”; han tenido que soportar varios vecinos del sector, por cuenta de las rencillas generadas por los representantes de esta familia, quienes fueron documentados en sus peores versiones y grabados en diferentes días y momentos del 2020 y el presente año.

Además del desespero de los habitantes del barrio y la justicia por mano propia de la que equivocadamente ya hablan algunos, llama la atención que, en los videos presentados, siempre hay presencia de la Policía Nacional, pero no se conoce cuál ha sido la ruta efectiva de estos casos.

Yo me pregunto: si se están violando derechos fundamentales, si se está afectando a mujeres, niños y adultos mayores como se indica en el video de prueba: ¿Qué ha pasado con la inspección de Policía? ¿Las comisarías? ¿Las casas de justicia? ¿Estamos esperando que ocurra en este barrio una tragedia para poder actuar? El ¿video en redes sociales y medios no representa en sí una denuncia formal?

Además de la inseguridad ciudadana, preocupa en demasía la intolerancia que se vive en Ibagué, donde en los últimos días, los medios de comunicación han registrado riñas, peleas a machete, disparos, puñaladas, entre otros, pero no hay mediación de nadie y pareciera que dejamos de creer en el diálogo y la recomposición social a través de la defensa de los derechos humanos.

Es claro que no solo la familia mencionada, sino los demás vecinos tienen serios problemas de convivencia, probablemente por riñas y provocaciones de parte y parte, según las versiones que ya se han empezado a conocer. Lo que no se puede permitir es que estas acciones sigan generando más violencia, pues la falta de intervención por parte de quienes deben asumir esos casos, solo genera que el ciudadano común se sienta en libertad de hacer de justiciero en casos como estos que generan gran indignación entre el común de las personas

¿Otro punto negativo que se le debe apuntar a la Secretaría de Gobierno Municipal?

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