Opinión

Las desventajas de ser competente

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

El caso de Laura Sarabia es digno de ser aprovechado por cualquier profesor universitario de Administración de Recurso Humano. Es más, podría decir que lo que le ocurre hoy a ella, guardando las proporciones, lo he visto ocurrir en diversos casos a lo largo de la vida laboral: personas que demuestran su capacidad y causan incomodidad.

Y es que, desde hace varios días, se viene escuchando decir que, en Palacio y para las huestes más cercanas al petrismo, Laura Sarabia es incómoda. Y tiene lógica. A ningún político de vieja data, acostumbrado a mover los hilos del poder a su antojo, le puede gustar que una niña de escasos 30 años venga a moverle la silla, haciéndolo ver menos capaz, competente o importante.

Y siento, independiente de mi diferencia política con Sarabia, que ese es el verdadero problema. Sólo piense en lo que pasó con el resucitado Benedetti. El hombre trabajó con ella, mejor, ella trabajó para él y él la consideró tan capaz y preparada, que la puso a trabajar con el propio presidente, porque seamos honestos: no se recomienda a una persona si no se le considera idónea para realizar la tarea y Sarabia en este punto, ya había demostrado su valía ante Benedetti.

Cuando Laura redefinió su camino, porque entendió que su lealtad ya no estaba en el poder de Benedetti sino en el poder de Petro, optó por ignorar las solicitudes que su anterior jefe le hacía y, según escuchamos, hasta sentado en Casa de Nariño lo dejó, ignorado totalmente.

Fue ahí cuando estalló todo, porque el propio Benedetti, lleno de cólera y rabia, decidió compartir con un medio de comunicación, los audios que, en medio de su desesperación e impotencia, le mandó a la “coya”, reclamándole por su nueva actitud, cuando era a él a quien le debía el estar donde estaba. Y ese es sólo el primer botón.

Sarabia cayó bien en el gobierno y en la familia, porque no sólo se convirtió en la mano derecha y hasta izquierda del presidente, cubriéndolo con excusas y razones para sus incumplimientos en medio de su agenda privada, también fue acogida por Verónica Alcocer, gracias a su capacidad para respaldar al presidente. Sin embargo, la actual ausencia de Alcocer, ha dado pie para que retomen fuerzas las incomodades de personas como Augusto Rodríguez (UNP), Gustavo Bolívar (DPS) y Daniel Rojas (MinEducación), quienes se encuentran en desacuerdo con que Sarabia se muestre en diversas ocasiones, como en la toma de El Plateado, como la líder del Gobierno. Recordemos que la pupila de Benedetti ya fue directora del DPS, a pesar del lio con la niñera…

Llegó el momento de saber, a ciencia cierta, cuál es la posición del presidente Petro frente a Laura Sarabia. Quizás ella sabe mucho de muchas cosas, quizás es que le pone pies y cabeza a un presidente que carece de cualquier tipo de método para dirigir un país. Lo que sí es innegable, es que ha sido capaz de sobrevivir precisamente a eso, a la incapacidad de Gustavo Petro para tener su propia vida en orden, porque nadie puede negar que los incumplimientos del señor a todo tipo de eventos, además de ser injustificados, son padecidos con estoicismo por la propia Sarabia.

Yo sí espero que el presidente sea justo con ella. Se ha mostrado fuerte y leal a su Gobierno, a pesar de toda adversidad y lo mínimo que él, como protector de los trabajadores debe hacer, es permitirle una estancia o una salida digna. No es justo que los ‘competidores’ de Sarabia, aquellos que se sienten intimidados por su capacidad, tengan la osadía de reclamar por su presencia, cuando no lo hacen por la participación de un personaje tan sombrío y oscuro como Armando Benedetti. Eso demuestra cuán invertidos están los valores en la política.

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