Historias

Anécdota viajera: ¿Mochila o maleta?

Annie Navia

Annie Navia

Arquitecta de profesión, viajera por vocación y soñadora a tiempo completo. Creo en el viajar como parte del aprendizaje sobre otras culturas. Escribo solo para recordar y compartir aquellas experiencias que enriquecen mis viajes y alimentan mi vida.

A veces hacemos viajes en los que tendremos varios desplazamientos, y nos enfrentamos al dilema de si será mejor llevar mochila o maleta, como equipaje de mano.

La verdad es que yo siempre prefiero viajar con mochila: puedo llevarla conmigo en la cabina, resulta más cómodo cargarla –sobre todo cuando debes bajar y subir escaleras– y agiliza tu paso –pues tarde o temprano siempre llega el momento en el que tienes que correr–.

Nunca había tenido inconvenientes con ella, hasta que la última vez, en el aeropuerto de París, me ocurrió la siguiente anécdota, que me ha hecho replantear la idea de que la mochila sea la mejor opción.

Aquella mañana, llegamos confiados al aeropuerto para tomar un vuelo París-Barcelona. Ya había verificado el peso de la maleta, así que muy tranquilamente me dispuse a hacer el check-in, la aerolínea por la que volábamos era de bajo costo y por lo tanto, el valor del tiquete solo incluía el equipaje de mano.

El funcionario de la aerolínea estaba recién abriendo el counter, así que quién se iba a imaginar que a primera hora de la mañana este señor iba a estar tan de mal humor: al ver nuestras mochilas, la transformación de su cara fue inmediata y nos dijo que no eran equipaje de mano.

Yo, en mi francés-english, le dije que de venida no habíamos tenido inconveniente, pero él de repente, no me dio tiempo para seguir explicando y bastante indispuesto se salió de su lugar de trabajo; y nos pidió, de manera desafiante, que metiéramos la maleta en una rejilla que usan para confirmar la medida… La mochila no cupo.

En sí, lo que incluía el almacenamiento no las sobrepasaba, pero era obvio que por las correas no entraría, ¡¡y así se lo expliqué!! Él, muy subido de tono y con voz triunfante, nos dijo: “No pasan. ¡¡¡¡Son 50 euros!!!!”.

Luego, volvió al counter, y yo, con una actitud bastante molesta (por no decir, grosera), tiré la mochila en la banda y le puse un billete de 50 euros encima del mostrador. Mientras tanto, él iba registrando el equipaje.

Al recibirme el pago me dijo que en efectivo no, que solo con tarjeta de crédito, así que con tres piedras en la mano le dije que no tenía. Después de registrarnos en el sistema, me pasó los pasabordos, el billete de los 50 euros y me dijo: “¡Por hoy es gratis!”.  Yo tomé los pasabordos, mi billete y, después de un suave merci, me fui de ahí, ¡no fuera a ser que se arrepintiera!

Esa vez estuve de buenas.

El caso es que después de esta experiencia prefiero viajar con maleta si voy a volar por aerolíneas low cost, o con la mochila si los tramos se hacen por tierra o si el tiquete aéreo incluye el pago de equipaje en bodega.

Ya sabes: es mejor prevenir…, que tener que pagar 50 euros.

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