De vuelta al encierro y al pasado
Creo que la pregunta no es si nos volverán a encerrar producto de este Covid 19 y los intereses creados alrededor del mismo, si no ¿cuándo nos volverán a encerrar? Si se hace un simple ejercicio de trazabilidad de lo que ha pasado en otras naciones del mundo, se ve que una vez levantadas las cuarentenas estrictas impuestas por los gobiernos, los nuevos encierros se producen entre 45 0 60 días posteriores a esa puerta abierta a la “nueva normalidad” (nueva realidad, sería mejor llamarla ya), porque los rebrotes comienzan y la velocidad de contagios aumenta.
Pero, por sobre todo, porque los sistemas de salud especializados, las UCI, llenan su capacidad de ocupación en camas; por lo tanto, es necesario declarar nuevamente el aislamiento obligatorio para frenar su expansión y que los porcentajes de ocupación disminuyan, se congelen, no sobrepasen camas instaladas y colapsen.
Claro, esos segundos o terceros mandatos a quedarse en casa, decretar el pico y cédula para compras, actividades bancarias y demás, así como otras restricciones en centros sociales o de encuentro, son menos largas que las primeras, es decir, de máximo dos semanas o días puntales.
Así ha pasado ya en China, Rusia, Europa y América Latina, en Colombia en Cali, Medellín, Bogotá y Barranquilla, se aplicaron nuevos encierros cortos, por sectores o días, como una manera de probar el control a los rebrotes. Por tanto, no será raro que tanto en Ibagué como en el resto del país nos toque volver de nuevo al aislamiento total dentro de algunas semanas o quizás días; y digo días, por el pésimo comportamiento cívico que observamos el inicio de esa “nueva normalidad”, donde los tumultos en bares, tabernas, restaurantes, supermercados, transporte público y por la calle son la imagen permanente. En bancos no, porque siempre se mantuvieron.
Por eso, el llamado es para cada uno de los que están leyendo se tome en serio ese retorno a la calle, mantenga el distanciamiento social (aplíquelo en filas estirando sus brazos), no camine cerca a los demás, no salga a reuniones de no ser necesario, use el tapabocas permanentemente, lleve su dosis de alcohol para que se limpie las manos y los sitios que considere pertinentes, haga uso de los materiales de bioseguridad siempre en locales comerciales, lugares de servicios y demás. Hágalo parte de sus hábitos. No vaya a visitas innecesarias, no salga si no es necesario. Creo que es a todos a quienes nos corresponde prudencia y responsabilidad en estos momentos, para que no nos vuelvan a encerrar, con todas las malas situaciones que ello conlleva; así que para alargar ese conteo regresivo hacia lo hora cero del retorno al aislamiento total, nos toca ser extremistas, dejar el folclorismo y tomarnos esta situación en serio.
Bueno a más, de que ya todos sabemos que mantenernos aislados y temerosos le conviene al gobierno en turno y a más de uno en estos tiempos de efervescencia social.
Coletilla: El país está en un Deja vu. Letreros de autodefensas pintadas en paredes en poblaciones colombianas, muerte por doquier de líderes sociales y defensores de derechos humanos, plan pistola contra integrantes de la Policía, masacres sin sentido de jóvenes, narcotráfico y traquetos haciendo público su poder, delincuentes de la talla de Iván Márquez, Santrich, El Paisa y otros exhibiendo armas y gestos retadores, unas Fuerzas Armadas con una mala imagen y un respaldo popular en caída libre, claro, producto de los errores estratégicos y el discurso de un gobierno que no les da línea clara sobre el respeto al ciudadano, a la protesta, derechos humanos y a manifestación del descontento frente lo que se considera injusto. Nuevamente un discurso de odio, exclusión y muerte se oye: Nuevas Farc, jóvenes Farc, comunismo, castrochavismo, flojos, izquierdosos, mamertos y mantenidos, por un lado; del otro: paracos, asesinos, narcoestado, matarifes, clasistas, masacradores y explotadores….nos devolvimos 20 años. ¡Qué horror! Gracias Duque.
