Declaraciones ¿confesiones?
No deja de sorprender el actual Gobierno Municipal por sus declaraciones (que fácilmente podrían ser confesiones) por el desconocimiento de la administración pública y la forma (calamitosa por demás) de hacer el “quite” a sus obligaciones y responsabilidades. A la ya famosa frase de “esto parece que estuviera rezado”, haciendo referencia a la “incapacidad” de terminar las piscinas de la calle 42, que lejos de ser un chiste, es la realidad de una tragedia que vivimos los ibaguereños, en especial los deportistas que han tenido que migrar a otras ciudades para continuar con su formación y participación en eventos de alto rendimiento, sumado a la aparente corrupción, de ya 8 años de vida y una clara desatención del principio de planeación en materia contractual, que, por supuesto, deriva en una incorrecta ejecución del contrato.
Pero a lo anterior, hay que sumarle una nueva salida en falso, pues al ser interrogado (el Alcalde) por la acción de un grupo de personas que están “tapando” huecos en la ciudad, el que podría ser otro chascarrillo terminó siendo una muestra más de la desidia y falta de conocimiento de su obligaciones, pues sostuvo que “la responsabilidad no es solo del Gobierno”, en relación al mantenimiento de la malla vial. Equivocada afirmación porque la responsabilidad sí es del Gobierno, de hecho, es una actividad connatural al ejercicio de administrar una ciudad, asignada por demás, a una secretaría de despacho, un tema diferente es que, como consecuencia del alto endeudamiento del municipio (del cual ha sido copartícipe en mayor medida el actual alcalde) y la poca capacidad de gestión, sea necesario acudir a un sistema de gestión compartida para pavimentar las calles. Pero vamos por partes.
Primero, debe conocer la ciudadanía que el saldo a la deuda total del municipio, a corte de diciembre de 2022 y proyectada hasta el 2031, es de 251 mil millones de pesos, es decir, el 91,67% de los ingresos corrientes de libre destinación que, a la fecha, ascienden a la suma de 255 mil 436 millones de pesos, de ese total, 165 mil millones han sido de empréstitos solicitados por el alcalde Hurtado.
Segundo, otro aspecto es, teniendo claro que la responsabilidad sí es del Gobierno y como consecuencia del alto endeudamiento y la poca capacidad de gestión, se puedan acudir a otros mecanismos para recuperar la malla vial, como la gestión compartida, ante lo cual, está obligada la administración a entregar los permisos de intervención, el plan de manejo vial y los elementos necesarios para llevar a cabo la actividad (tales como el pavimento, maquinaria, profesionales para dirigir la obra) y así, para alcanzar índices de cobertura y acceso, en este caso de infraestructura vial en buen estado, puede tomar (la administración) el conocimiento que las comunidades tienen de su territorio, a través de este instrumento y moldear estrategias de cooperación comunitaria, donde las comunidades puedan participar de la reconstrucción de sus vías (especialmente en los barrios) aportando su mano de obra y gozar de los beneficios que, por lo visto, solo en manos de quienes nos han administrado, traen insatisfacciones e incumplimientos.