Opinión

Déjá vu

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

Abogado Esp. Der. Público Uexternado | Mágister en AED y Políticas Públicas usal |Curso Law & Economics Harvard |ExPersonero de Ibagué |Docente U. | #Dignidad

Finaliza un mandato más en la alcaldía de la capital del Tolima y aparece un déjá vu al revisar los asuntos “pendientes” (muchos de vieja data y otros creados recientemente) y que, por supuesto es importante prestarle atención para resolverlos, sin dejar de lado, eso sí, que no puede ser posible tanto cuestionamiento en materia de contratación pública (más competencia, transparencia y planeación son fundamentales).

Volver a Ibagué una ciudad altamente competitiva, es un reto determinante en los años que vienen y esto requiere ordenar la casa, no solo en cuanto a infraestructura, delimitación y planeación, sino en cuanto a la barrera, necesaria y fundamental, a los grupos de presión con intereses en  temas esenciales que se debatirán en el próximo cuatrienio, uno de ellos, que hemos insistido y lo seguiremos haciendo, es el Plan de Ordenamiento Territorial –POT- (Toca estar alertas por si habrá algún interesado en tomarse, por asalto, la planificación y el futuro de Ibagué).

Es tan importante la neutralidad, la visión y el interés general en el POT, que será la impronta para ordenar y planificar a Ibagué, así como para controlar el paso al futuro de la ciudad, en un territorio sin una oferta plena de servicios. El cambio en los modelos de ordenamiento del territorio, no da espera, los resultados en materia de competitividad, desarrollo económico y social, así lo confirman,  incluso, resolver de una vez y por todas el problema del agua (algo que no tienen gran parte de los ciudadanos ibaguereños, en especial, aquellas áreas que más crecieron desde mediados de la década de los 90´s). Resolver y no ahondar la injusticia ambiental con los habitantes, por el agua, pero también por la huella urbana y el acaparamiento en la construcción -sin planificación- que ha quedado en gran parte de la ciudad. Muchos mandatarios han pasado por el palacio municipal y, ninguno ha atinado a planificar la ciudad, ha sido una especie de “dejar hacer, dejar pasar” en el (sub)desarrollo territorial, reflejo de las dificultades institucionales y de gobernanza que nos aquejan.

Lograr lo anterior (bajo el deber ser), es el paso previo para solucionar el mayor desafío que tiene la próxima alcaldesa y es el problema del empleo. A pesar que esta es una variable macroeconómica de co-responsabilidad del Gobierno Nacional, también es claro que algo pasa en la ciudad ya que se aleja más de 4 puntos del promedio nacional (elementos distorsionadores, de los cuales varios de ellos, ya están identificados, como por ejemplo el problema del agua, el alcantarillado y los incentivos a la creación de empresas o de inversión). Claramente es positivo, aunque insuficiente, que en el último trimestre, Ibagué haya aumentado su tasa laboral, requiere, mayor esfuerzo.

Hay que prepararnos para avanzar en estos y otros temas y para lograrlo, la independencia será una necesidad imperiosa.

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