Opinión

Del periodismo y la pauta oficial..

Camilo Pinto

Camilo Pinto

La cuarentena ha dado para todo, inclusive para señalar, generalizar, juzgar y hasta espiar a quienes practicamos el oficio del periodismo.

Hace poco escuche a un mandatario sostener: “Hoy no hay mermelada y no se les va a entregar un solo peso así me ataquen”, haciendo referencia a quienes están acostumbrados a “dar garrote” para luego recibir un contrato, algunos periodistas se sintieron indignados por el señalamiento cosa que no entendí, porque indignarse si uno tiene la conciencia tranquila, lo cierto es que el dirigente no se equivocó.

En Ibagué ese mecanismo de presión por parte de algunos comunicadores esta establecido desde hace mucho tiempo, a muchos les ha funcionado y cada quien tiene su manera de trabajar (respetable). Aún recuerdo a un reconocido locutor hace dos décadas, quien durante tres meses habló de las maravillas del servicio del IBAL, de un momento a otro empezó a decir que el servicio de le empresa era nefasto, le pregunte sobre su cambio de opinión y me dijo: Es que se me acabado el contrato”.

Nuestro oficio que antes era profesión es blanco de críticas a diario, somos “chismosos, lamezuelas, arrodillados y mentirosos”, la culpa la puede tener la corte constitucional que le quito la tarjeta profesional a los periodistas, pero también en el gremio somos culpables, nos hemos dejado desplazar por páginas de noticias falsas que destilan veneno ante los ojos complacientes de las autoridades que no han querido poner freno a esa situación, nos llenamos de titulares amarillistas, de “empresarios de la radio” y hasta presentadores que le vendieron la idea al país que cualquiera puede ejercer el oficio porqué “el periodista soy yo”.

Antes quien no estudiaba iba al San Andresito y comprando “la graduadora” ya era profesional, hoy quien haga un Facebook live, cree una página, imprima una publicación o compre un espacio ya es del gremio, en algunos casos sin tener las más mínimas normas de ética, respeto por el lenguaje o las fuentes y la ausencia de rigurosidad periodística, dejo en claro que no tengo nada contra el periodista empírico, grandes comunicadores del Tolima lo son, pero si es claro que empíricos o no hay que saber decir las cosas, prepararse, investigar, hablar con la verdad y de manera propositiva.

Por su parte los gobernantes deben estar abiertos a las críticas, al debate con altura y con argumentos, pero si deben tener algo claro, tanto mandatarios como comunicadores: cuando se genera un contrato de prestación de servicios bien sea por publicidad o por servicios periodísticos en ningún momento “se le está ayudando” al comunicador ya que este debe cumplir con obligaciones que deben ser documentadas y por ende hay un pago, aquí se benefician las dos partes.

Tener un contrato con el gobierno no desdice del comunicador, grandes periodistas lo hacen y mantienen una posición firme y respetuosa a la hora de criticar, el pecado es mentir o presionar a través del micrófono para lograrlo, una práctica que para muchos es común y que resulta (duele decirlo) extorsiva.

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba