Opinión

El deporte

Óscar Barreto Quiroga

Óscar Barreto Quiroga

Columnista Invitado

Soy un convencido del proceso de formación integral del ser humano, de hábitos y estilos de vida saludables, que permitan el desarrollo de disciplina, valores y un buen estado físico y mental, para tener seres humanos éxitos, saludables y emocionalmente estables. Los norteamericanos asumieron el modelo de formación integral, que denominaron las 3H (health, head, heart) salud, cabeza y corazón, asegurando un proceso de formación adecuado, seres humanos no solo recibiendo conocimiento, sino preparándose físicamente para tener salud y emocionalmente para ser buenos seres humanos.

En nuestro país es hora de avanzar de manera contundente, ahora que se habla de establecer la jornada única, hacia un modelo pedagógico, que asegure formación en deporte y en valores, porque de nada sirve impartir conocimientos, si no hay salud, menos, capacidad emocional para ejecutarlos y sostenerlos, necesitamos educar para la vida, para la disciplina, para el orden, para la cívica, para la autoestima, necesitamos seres humanos para construir una sociedad distinta.

En esta pandemia, nuestra mirada se volcó hacia el sector salud, el número mayor de muertos afectados por el Covid 19, ha estado en aquellos con preexistencias médicas, que sin lugar a dudas pudieron evitarse si, desde los primeros años nuestros modelos de formación incluyeran no solo conocimiento, sino educación en deporte, educación emocional y espiritual, porque también han demostrado los expertos y los resultados, que en pacientes alterados se agudizaban las consecuencias graves de la pandemia.

Nuestra preocupación de hoy debe estar más allá de un modelo educativo, que solo acredite conocimiento, que entregue un título, debemos propender formar no solo para el saber, también para el ser y para el hacer. Estoy de acuerdo con Daniel Goleman que habla de la “inteligencia emocional” y con Daniel Habif, en cuanto a que la educación emocional y espiritual combinada con el modelo tradicional, pero adecuado a las exigencias actuales, es la única forma de acabar con la pobreza, la delincuencia, la corrupción, la depresión y tantos problemas sociales.

En este nuevo modelo de educación que propongo, de formación integral, les aseguro que, nuestros niños y jóvenes se definirán más allá de sus gustos o de modas, por proyectos de vida exitosos. Esta crisis no la cambiamos si seguimos haciendo lo mismo, debemos librar una incesante lucha, contra ignorancia, mediocridad, pereza y maldad.

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