Historias

El síndrome de Asia: la lucha de las mujeres con implantes mamarios

Gabriela Casanova

Gabriela Casanova

Periodista en formación – Universidad de Ibagué

Hace 20 años, Diana María Castillo decidió ponerse implantes mamarios para verse como las reinas de belleza. Sin embargo, el sueño se convirtió en una pesadilla cuando su cuerpo reaccionó de forma negativa ante la cirugía: Diana tuvo dos contracturas capsulares de grado IV en los senos, por lo que tuvo que someterse a procedimientos quirúrjicos para extirpar las cápsulas.

Después de una mala experiencia, Diana decidió quitarse los implantes, pero su médico le dijo que si lo hacía, sus senos no iban a recuperar su forma original, por eso, los cambió por unos implantes texturizados. Luego de la cirugía, no volvieron a formarse encapsulamientos.

Todo parecía ir bien, no obstante, su salud comenzó a decaer de forma precipitada. Fatiga, pérdida de memoria, migrañas y aumento de peso son algunos de los síntomas que sentía. Después de mucho tiempo, se dio cuenta de que tenía Síndrome de Asia, una condición difícil de diagnosticar debido al poco conocimiento médico. Esta enfermedad se presenta en las personas que introducen sustancias extrañas en su cuerpo, en este caso, los implantes mamarios de silicona.

Diana, al no hallar a algún profesional que la asesorara sobre su enfermedad, entró  al Grupo de Apoyo de enfermedades de implantes mamarios (EIM) Iberoamérica y allí conoció el caso de cientos de mujeres que estaban pasando por lo mismo que ella, entre ellas, Angeline Moncayo, una actriz colombiana.

Angeline quería hacer un proyecto de vida y decidió fundar Asia Recovery, una organización que ayuda a las mujeres a afrontar esta enfermedad. Diana María, desde su profesión como periodista, decidió ayudarla por un tiempo con el tema de imagen, historias e información para la página de Instagram, pero ahora se desligará del proyecto de Angeline y continuará  apoyando a las mujeres que sufren de esta condición por su cuenta.

Una entrevista de Tolima Online

Diana María Castillo tuvo que explantarse los implantes debido a riesgo de muerte.

¿Por qué decidiste ponerte los implantes?

Yo creo que tenía 19 o 20 años.  Siempre he sido como acuerpadita y de cara bonita; y le decían a mi mamá que yo podría participar en un reinado.  Yo tenía mente de pollo, no tenía ni idea para dónde iba en la vida ni sabía de quién era vecina. Era una chica normal, no necesitaba más, pero el médico me dijo que para poder participar en un reinado, tenía que operarme porque esa era la moda en esa época. Me operé y me quedé con los implantes.  Al final, no participé en el reinado, porque  a mí nunca me llamó la atención y me parecía que era una pendejada.

¿Qué es el síndrome de Asia?

Asia significa Autoinmune Syndrome Induced by Adjuvants, lo que se traduce a Síndrome Autoinmune Inducido por Adyuvantes. Los adyuvantes son sustancias extrañas que entran al organismo, en este caso, es la silicona de los implantes.  El compuesto genera una reacción en donde inmediatamente se alerta el sistema inmunológico del cuerpo y pues, obviamente, empieza a atacar. Comienzas a tener muchas infecciones recurrentes, a enfermarte constantemente y tu cuerpo decae. Entonces, el síndrome de Asia es una enfermedad inflamatoria y autoinmune.

¿Qué clase de síntomas se manifiestan en el cuerpo?

Estoy explantada desde hace más de dos años y creo que todavía me siguen apareciendo síntomas nuevos. Los más comunes son la fatiga crónica, migrañas, dolores en las articulaciones, fotosensibilidad, ataques de pánico y ansiedad, gripas recurrentes, infecciones de garganta, infecciones respiratorias, caída de pelo…Y los síntomas continúan después de que se sacan los implantes, ya que el cuerpo sigue intoxicado.

Este síndrome es difícil de diagnosticar debido a la variedad de síntomas, ¿has tenido dificultad en encontrar a alguien para tratarlo?

25 especialistas durante 8 años no fue poquito. A mí me vieron todos los endocrinólogos, los médicos internistas, médicos familiares, ginecólogos, urólogos, lo que tú quieras, porque a mí me daba de todo y nadie me decía nada. Estoy siendo tratada por la doctora Ana Milena, que ya padeció la enfermedad de los implantes mamarios. Las únicas personas en que realmente yo confío son los médicos que en este momento están estudiando sobre el síndrome de Asia y que son conscientes de la enfermedad.

¿Cómo te diste cuenta de que tenías el Síndrome de Asia?

Yo sí venía con migrañas muy fuertes y con fatiga. Notaba que aumentaba mucho de peso, es cierto que yo no soy una mujer súper delgada, pero estaba más gordita de lo normal. También, me daban muchos dolores de garganta y enfermedades respiratorias. No me funcionaba la memoria, me quedaba pensando cómo se llaman las cosas y empecé a notar que estaba muy mal. Ya no podía tener una vida normal. No pude ser mamá de mi hija cien por ciento,  no la podía llevar al colegio y  jugar con ella a nada, porque siempre estaba enferma.

A mí me daban infecciones urinarias recurrentes y, en aquella época, el urólogo descubrió que yo tenía la TSH mal. Ahí fue cuando decidí ir al endocrinólogo, quien me dijo: “Efectivamente tus problemas cognitivos tienen que ver con tu tiroides”.

Me puse a hacer mucho ejercicio, a cuidar mi alimentación y engordaba más. Pensaba que esto no era normal. Yo estaba medicada, me hacían los exámenes y la tiroides me salía normal, el endocrinólogo me decía que todo estaba OK.

Entonces, oré y le dije a Dios que yo necesitaba saber qué pasaba porque yo conozco mi cuerpo y sabía que algo no estaba bien.

En el 2019, me acuerdo que puse los síntomas en Google y me apareció un vídeo de una beauty blogger, el título decía: Me quité mis implantes mamarios. Cuando ella narra y cuenta todo lo que le estaba pasando, en ese momento, te puedo asegurar que por primera vez en mi vida me sentía identificada con una persona. Me parecía una locura que esos implantes estuvieran arruinando mi vida.

¿Cómo fue tu explantación de implantes?

En el 2020, hablo con mi médico para quitarme los implantes, una persona que quiero con todo mi corazón, el doctor César Martínez. Él me dijo: “Esto ya no se puede pasar por cirugía plástica, lo tuyo ya es de vida o muerte, tú te estás muriendo”.

Para esa época, el gobierno abrió los quirófanos y pude entrar a cirugía. Ese día, la anestesióloga muy crudamente me dijo que me fuera a despedir de mi mamá y mi hija, porque me podía quedar en la cirugía. A partir de ahí mejoraron muchas cosas, pero quedaron muchas enfermedades de base que sigo batallando.

Foto suministrada

¿Cuál es el procedimiento correcto para una explantación de implantes?

Bueno, como tú te das cuenta los implantes mamarios cuando ingresan en el cuerpo, alrededor de ellos se forma una cápsula, haz de cuenta que es como como una tela que cubre el implante. Esa telita la forma del sistema inmunológico para aislar o proteger el cuerpo de ese cuerpo extraño.  La cirugía correcta se llama cápsulactomía en bloque, es decir, que a ti te tienen que sacar el implante y la cápsula intacta. Hay doctores en este momento que están sacando los implantes y dejan las cápsulas, eso hace que las chicas empeoren de salud.

¿Cómo se ve afectada la salud mental con este síndrome?

Natalia Durán dijo en un vídeo en estos días que es una enfermedad muy cruel, porque la gente no te entiende, la gente te juzga y te dice: “Pero sí ve, todo eso le pasó por vanidosa, por unas tetas”, “Quién la manda, se tiró su vida por bruta”, y ese tipo de comentarios. Yo tengo aproximadamente 8.000 seguidores en TikTok, en donde subo vídeos hablando del tema y la gente es súper dura conmigo, entonces, a veces tienes que ponerte una coraza.

Hay muchas mujeres que me han escrito: “Gracias, me salvaste la vida. Gracias a ti supe lo que tenía”, y le toca a uno seguir adelante, pero emocionalmente es una enfermedad que te destruye, porque empiezas a pensar que eres bruta, que eres tonta, pierdes oportunidad de trabajo, dejas de hacer lo que quieres hacer y de vivir tu vida.

¿Qué quieres aconsejarles a las personas que están leyendo este artículo?

El amor propio no es una cirugía de implantes mamarios, es realmente entender el valor que yo tengo como mujer como persona como ser humano, lo que yo puedo dar lo que yo tengo en mi corazón y no lo externo.

Nosotras nunca estamos diciendo que estamos súper en contra de las cirugías plásticas. Hay muchas cirugías que salvan vidas, por ejemplo, los médicos reconstructores a los niños de labios leporinos o personas que tienen accidentes…en eso estamos totalmente de acuerdo. Si te quieres hacer algo, infórmate, pero no agredas a tu cuerpo, ni le metas cosas. No vayan a tomar una decisión a priori, porque terminé con mi novio, me quiero ver bonita porque me separé  y voy a poner toda mi seguridad en unos implantes.

Agradecimientos:

“Agradezco a Dios, mi hija María José, mi mamá Amparo, el Dr. Cesar Martínez, la Dra. Ana Milena Lozano, amigos, familia, las chicas de EIM, Asia Recovery, a todas las que lucharon y batallaron conmigo, les agradezco mucho porque sigo viva y en pie de lucha por esta causa”.

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