El trabajo es mi amigo
Colosenses 3:23-24
23 Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo
El próximo 1ero de mayo se celebra el día internacional del trabajo, esta festividad se realiza a través del movimiento obrero a nivel mundial, buscando sean recordadas y respetadas las normas del derecho laboral en todo el planeta, que buscan mejoras en las condiciones de los trabajadores en los diferentes ámbitos sociales.
Una de las claves para la integralidad de un ser humano, y para transitar la vida de una manera plena, productiva y feliz; es la de tomar a conciencia y no equivocadamente, tres grandes decisiones: La primera y más importante es la de creer y aceptar a Dios, la segunda tiene que ver con la profesión que va a escoger, lo que va a estudiar o el arte que va a emprender para después ejercer en su vida, y la tercera, sobre quién lo acompañará en su trasegar, con quién se va a unir en matrimonio y vida conyugal.
La segunda es de gran importancia, pues los seres humanos pasamos, según estudios estadísticos, más de 88.000 horas de nuestras vidas trabajando, es decir una quinta parte de la existencia promedio. Eso es una cantidad enorme de tiempo; y si lo vivimos en frustración, amargados, exaltados, inconformes, quejambrosos, perezosos y hasta deshonestos; habremos desperdiciado gran parte de nuestras vidas.
Hoy comenzamos este mensaje con un llamado del Señor a trabajar de buena gana, sea cual sea nuestro trabajo, nuestra función en esta sociedad, nuestra labor, nuestro servicio. ¡Sí, servicio!; el trabajo debe ser un servicio, primeramente a Dios y después a los demás. Si esto lo tuviéramos claro, nuestra lucha diaria para soportar el trabajo, se convertiría en gozo, en alegría, en excelencia.
Muchas personas amamos nuestros trabajos, pero otras lo sufren, les causa terror, pavor, odio; así como lo popularizó el cantante dominicano Alberto Beltrán, quien se encarga de darle voz al escrito del también dominicano Medardo Guzmán, en el merengue: “El negrito del batey”, que dice en uno de sus pasajes: Porque el trabajo para mí es un enemigo
El trabajo no es tal cosa, el trabajo es una gran bendición de Dios, puesto en nuestras vidas de hombres y mujeres para sacarle provecho, para utilizar gran parte de nuestro vigor e inteligencia en él; para ser útiles, para dar buen ejemplo a nuestros hijos, para ganarnos el sustento, para aportar para el desarrollo de los pueblos y para dar la gloria a Dios.
Colosenses 3:17
Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él
Agradezcamos la obra de nuestras manos, y hagamos las cosas con amor, eso agrada a Dios. Un trabajo bien hecho nadie lo condena, es algo digno de admirar, es ganador de honra y de alta estima en una sociedad. Pero esto solo se consigue amando lo que se hace.
Además, trabajar no solo movido por el amor al dinero es esencial en una buena labor, la recompensa de un trabajo viene por sí misma, por eso no debe ser el principal motivo. Eso haría de nuestro trabajo algo esclavizaste, pues entre más trabajemos; más necesidades tendremos, en vez de ser al contrario.
El trabajo no lo hizo Dios como castigo, evocando de nuevo el merengue, el trabajo es una oportunidad. En mi caso personal, mi trabajo es mi amigo, y al caminar todos los días hacia el lugar donde está, voy alegre, voy agradecido, a encontrarme con él y convencido de que haré mi mejor obra.
Sea cual sea nuestro trabajo, tratémoslo como un amigo, honestamente, fielmente, amémoslo, valorémoslo, él nos espera todos los días para ayudarnos a salir adelante, para hacernos fuertes, y para abrazarse con nosotros y alegrarse cuando terminamos una obra y nos dicen: “bien hecho”, para celebrar una distinción, un ascenso, y para acompañarnos a ser los proveedores de un hogar al llevar nuestro sustento.
Y a pesar del esfuerzo que requiere hacer bien nuestro trabajo, de lo que debemos hacer para lograrlo, de ninguna manera puede ser como lo dice la canción; sigamos un poco guapachosos y recordemos su letra; el autor dice: Porque eso de trabajar, a mí me causa dolor, el trabajo no debe generarnos un dolor insoportable que no se pueda calmar con el analgésico del deber cumplido.
Proverbios 12:24
El de manos diligentes gobernará;
pero el perezoso será subyugado
Un buen trabajador respeta a sus jefes, no habla mal de ellos; siempre entre empleado y jefe, debe haber una línea de respeto común, sin sobrepasos y sin abusos. Oremos por nuestros jefes; que ejecutan otro trabajo maravilloso, el de dirigir, administrar y generar.
Y para finalizar tengamos en cuenta que el trabajo es nuestro amigo, no es nuestro dios, que no debe robarse nuestro tiempo de orar, de descanso, de compartir con nuestra familia, de cuidarnos en nuestra salud, de nuestro reino privado con el conyugue, del juego con nuestros hijos… nuestro trabajo no puede generarnos una adicción
Oro al Padre en este momento en acción de gracias por los que laboran, por aquellos que no tienen uno y anhelan tenerlo, por la provisión que llega a sus hogares, por sus manos, por sus mentes, por sus descansos, por los jefes y patronos, y por ese amigo que siempre nos espera, ese buen amigo…. Nuestro trabajo.
Feliz día del trabajo.
Bendiciones