Pensamiento Paracozapateiro
Sé que son muchas las cosas que pasan, no solo en Colombia, sino en todo el mundo día tras día, semana a semana y así hasta el infinito y más allá.
Por esta razón, es tan complicado poder hablar de un tema en específico, sabiendo que hay otros que tienen tanta relevancia y que valen la pena tocarlos porque no son más que una suerte de pandemia que nos daña como sociedad y que, queramos o no, debemos evidenciar para poder erradicarla de nuestras vidas.
Como sea, en esta columna hablaré un poco sobre los enfermos hermanos Charry de la ciudad de Ibagué, quienes protagonizaron una escena digna de un thriller o, incluso, de una película de terror.
Creo que ya todos saben qué fue lo que pasó, por eso, no voy a entrar en detalles; sin embargo, debo decir que estas conductas son propias de cientos de “empresarios” que creen que sus empleados son esclavos o algo así.
Debo decir que estas conductas pasan de generación en generación hasta la degeneración de estas familias de bien las cuales, hoy por hoy, quedan en evidencia a través de estos videos que muestran sus miserias y malas mañas.
Recuerdo claramente, como para no ir muy lejos, que en la radio uno veía a estos grandes jefes y directivos, humillando a sus empleados, a las personas de servicios generales, a los locutores que contralaban el master.
De hecho, a cierto periodista en cierta emisora, un día cualquiera le dio por atreverse a hablarme como solía hablarle a los demás y, lo que era peor, desde el gerente en adelante le celebraba la guachada; pero, se llevó una pequeña sorpresa porque si algo he tenido en la vida es que no suelo dejar que me arrastren así cómo así.
Don gritón el periodista aprendió la lección y, al menos conmigo, no volvió a tocar.
Por supuesto, esta situación enferma de gente demente creyendo que son los exterminadores del paseo, no es exclusiva de la radio, no; ese vicio de amedrentar a los empleados es viejo; esa manía es de cientos de miles de dueños y gerentes que, en su imaginario, está el abusar de lo más débiles y necesitados y no es para menos, ya que, de cuna y durante su formación, eso fue lo que sus abuelos y padres maltratadores les enseñaron.
En fin, lo que vimos en ese video hace parte de ese pensamiento Paracozapateiro, que tiene más de un empresario y que copian sus gerentes y encargados muy bien.
Este pensamiento que está relacionado con la violencia o con generar miedo y angustia en los menos favorecidos, tiene sus raíces en ese militarismo paraco que campea en cada rincón del país y que hace que más de uno se coma el cuento del (Ajúa) que todo lo puede y que, con sólo gritarlo el cuerpo, la mente y el espíritu se elevan a otro plano que les da el poder de dioses supremos.
En resumidas cuentas, lo que vimos en ese video se queda corto para las cosas que pasan en realidad y que, lamentablemente, las personas no se atreven a denunciar porque en un país con tantas carencias es complicado y sabemos muy bien que esto no va a parar ya que maña vieja no es resabio y porque… cada cosa que ocurre ¡Es un hecho Sam!