Historias

Una vida llena de efectos especiales

Gabriela Casanova

Gabriela Casanova

Periodista en formación – Universidad de Ibagué

Mercedes es meticulosa y ordenada, las cosas siempre deben estar en su sitio y realiza los quehaceres de la casa de determinada manera… no le gusta que lo haga otra persona.

Mercedes Casanova aún se acuerda cuando estuvo en el rodaje de Juego de Tronos. Era noviembre de 2016 y su pareja, Raúl, se había quedado sin empleo; entonces, ella decidió ofrecerle un puesto dentro de la empresa en que trabaja, una compañía de efectos especiales. Durante aquella época, la serie de HBO iba a hacer unas cuantas tomas en España, por eso contrató a la compañía de Mercedes.  A pesar de que iba a ser un trabajo de 2 meses, se requería de mucha gente para realizar las grabaciones, por lo cual reclutaron a varias personas para logística y entre ellas estaba Raúl. Mercedes se considera a sí misma una fanática de esa serie, hasta el punto de llamarse ‘friki’, por lo tanto, no dejó ir la oportunidad.

«Juego de Tronos me enganchó en un principio porque podría suceder cualquier cosa. Lo que yo pensaba que era un personaje principal, al tercer capítulo moría. Pero eso mismo fue lo que me desenganchó de la serie. El personaje que pensaba que era bueno, la heroína, resulta que no lo era tanto y se volvió loca. Aun así, es el final. Y bueno, me gustó muchísimo y la volvería a ver. Hubo capítulos apoteósicos» [sic].

Juego de Tronos es una serie del género fantástico que empezó a emitirse en el año 2011 y su finalización fue en 2019. Está inspirada en la saga ‘Canción de Hielo y Fuego’, la historia trata de la lucha por el poder de siete reinos pertenecientes a un continente llamado Poniente (lugar ficticio). Quienes entran en conflicto son los personajes que pertenecen a distintas casas nobiliarias distribuidas por el territorio.

El 6 de diciembre de 2016, Mercedes viajó junto a su novio, Raúl. El lugar de rodaje era Cáceres, una ciudad ubicada en Extremadura, una comunidad autónoma de España que limita con Portugal. Hubo otros lugares donde se llevaron a cabo grabaciones como Gerona, Sevilla, Córdoba y Zumaya. España se caracteriza por tener infraestructura renacentista, gótica o medieval en muchas de sus ciudades, por esta razón, se escogieron estas localizaciones.

Mercedes se hospedó en el mismo hotel donde iban a estar los actores, así que, no era raro encontrarse con ellos en los pasillos; muchas veces no lograba reconocerlos bien porque no llevaban el maquillaje o vestuario con el que aparecían en la serie. Pero, un día pudo identificar a uno de ellos, Nikolaj Coster-Waldau, quien interpreta a Jaime Lannister. Sin embargo, ella guardaba la compostura y se aguantaba las ganas de pedir un autógrafo, ya que quería ser profesional. Aun así, siempre va a recordar aquella vez que salvó el desayuno de James Faulkner, actor que interpreta a Randyll Tarly.

«Ese día yo estaba desayunando sola, y en la mesa de al lado se sentó un actor. Me acuerdo que él pidió de desayunar huevos fritos con bacon, como buen inglés; pero, él los quería churruscaditos. Decía ‘crispy’ todo el rato. El camarero no hacía más que traerle platos con el bacon y los huevos para saber si estaban a su gusto, pero no hablaba inglés. Con otra persona le dijimos que él quería el bacon muy crujiente, fue muy curioso porque yo luego lo vi en la serie y dije: «Bueno, a ese hombre le solucioné el desayuno»» [sic].

 

La compañía Molina Efectos Especiales tiene sede en Madrid. A Mercedes le toma 20 minutos llegar hasta allá desde su ciudad natal, Getafe. Ella es quien hace los presupuestos y cotizaciones para la compra de materiales requeridos en los efectos especiales, pero lo irónico es que… «Matemáticas no, trabajar en una oficina administrativa no quiere decir que me gusten las matemáticas, yo las odio» [sic].

En el colegio le gustaba todo aquello que tuviera que ver con las letras y la historia de su país. Su hijo se llama Álvaro, tomado de Álvar Ricardo Núñez Cabeza de Vaca, un conquistador español de las costas sureñas de Norteamérica en el siglo XVI. La verdad, es que ella no quería ponerle un nombre moderno a su hijo, por eso, al escuchar a su hermano decirle que le pusiera Álvaro, ella le preguntó: «¿Ese nombre es castellano?», e inmediatamente se puso a investigar su origen. No obstante, estudiar historia en la universidad no era viable debido a su larga duración, Mercedes quería trabajar pronto, por eso estudió administración en una academia.

Era muy buena alumna por su memoria eidética. Esta habilidad consiste en la memorización de elementos visuales con lujo de detalles. Es común en los niños, pero es una virtud que podría perderse a medida que pasa el tiempo si no es practicada.

Podía aprenderse un libro sin problemas, además de entenderlo bien. Esto es algo que utiliza hoy en día en su trabajo. Siempre tiene que leer guiones, en los cuales debe identificar los efectos que se van a utilizar, entonces, muchas veces termina por aprenderse las secuencias. De esta manera, es más fácil acordarse en qué parte va tal efecto.

Puede que a Mercedes le guste la historia, pero eso no significa que lea por gusto; nunca fue uno de sus pasatiempos. Es demasiado impaciente como para ponerse a leer toda una tarde. Por eso prefiere ver las historias de los libros a través de las producciones audiovisuales, le parece que plasman mejor la trama.

Mercedes ahora compara su vida con la película ‘El día de la marmota’. Este es un filme publicado en 1993 y dirigido por Harold Ramis. Relata la historia de Phil Connors, un meteorólogo, quien cada año va al pueblo de Punxsutawney para grabar a una marmota que predice cuándo terminará el invierno. Pero, lo que Mercedes compara es que Phil se queda a dormir una noche en ese pueblo y a la mañana siguiente vuelve a vivir el día anterior, una y otra vez a lo largo de la película.

Actualmente, su trabajo es estar frente a un computador haciendo las cotizaciones desde su casa.  La verdad para ella es un poco aburrido, lo único que la entretiene es dar paseos con su hijo de dos años, y a las 8 de la noche aplaudir a los médicos o hablar con los vecinos de al frente.

«Eso poco a poco se convirtió en relacionarte con los vecinos. Al principio, salíamos a dar aplausos y luego nos metíamos en casa emocionados, eso conllevó a poner música para que la oyeran los vecinos, también hablar y un día tomamos cervecitas en la terraza con los de al frente» [sic].

Otra cosa que hace para entretenerse es ordenar la casa, aunque con Álvaro, se ha relajado un poco en cuanto a esa parte. Mercedes es meticulosa y ordenada, las cosas siempre deben estar en su sitio y realiza los quehaceres de la casa de determinada manera, por ejemplo, todas las veces suele estirar la sábana de la cama primero de la izquierda y luego de la derecha, de hecho, no le gusta que lo haga otra persona.

«Es casi una obsesiva del orden. Tú abres un armario de mi hermana y verás todo milimétricamente ordenado. Y si visito su casa, me llama algo la atención, digo: «¡Ay!, mira esta caja» y la toco, a lo que me doy la vuelta, la veo colocar la caja porque la he movido un milímetro» [sic], señala Raúl, su hermano mayor.

«Como vayas a un armario de su casa, te abre el armario y le digas: «A ver, Merce, qué camisa más bonita tienes» y vayas a descolgarla, se pone de los nervios, no te deja tocarlo y dice: «No, no, no, déjame que yo te saco la camisa y te la enseño, pero no la toques»» [sic], mencionó su hermana, Gema, entre risas.

Su armario es impecable, le gusta poner los pantalones vaqueros, por un lado, los pantalones negros en otro, las blusas aparte y todas las perchas tienen que ir en el mismo sentido.

«Andrea, mi hija, hay días que tiene más ordenado el armario y hay días que menos, le dije: «Le voy a decir a la tía Merce que venga a la casa a que te abra el armario para que te eche la bronca»» [sic], después de aquello, Mercedes le envió a Gema una foto de su armario, ella se la mostró a su hija y le dijo: «Mira, Andrea, así tienes que ordenar el armario» [sic].

Prácticamente desde pequeña ha tenido ese hábito. Lo considera como algo innato, porque nunca se vio influenciada por sus hermanos o padres. Lo adquirió debido a su necesidad de tener todo bajo control. No obstante, su hermano Javier tiene una teoría… «Era una casa pequeña, allí vivíamos mi hermano, mis padres, ella y yo. Nosotros dos -mi hermano y yo- no ayudábamos en casa y a ella le indignaba eso, todo lo tenía que hacer mi madre. Por eso, ella se puso así» [sic].

Mercedes nunca ha sido considerada como una persona que sufre de TOC -Trastorno Obsesivo Compulsivo-, dado que en ningún momento lo ha llevado a niveles extremos. De hecho, más que un hábito, es un factor que ha contribuido a que ella sea vista como la más madura de su familia. Mercedes es la menor de cuatro hermanos. Ella nació el 9 de noviembre de 1983, mientras que sus hermanos nacieron en los 70, por lo tanto, le llevan casi 10 años de diferencia. Es un hecho relevante para todos en vista de que, a pesar de ser la menor, ha mostrado preocuparse por los demás y ser muy responsable.

«En el colegio era aplicada, organizada, es una virtud que nosotros los mayores no hemos tenido. Mi hermana desde pequeña ha sido una persona muy organizada. Agendaba las clases en un papel, y a mí eso me llamaba la atención, porque siempre he sido desorganizado, siempre lo he tenido todo en la cabeza» [sic], resaltó Raúl.

«Ella, en todos los trabajos que ha tenido, la han querido mucho. Es muy responsable con el horario y con la atención al cliente. Se compromete con la empresa sin importar si es un negocio pequeño o grande» [sic], indicó Javier.

El primer trabajo de Mercedes fue ser dependienta en una tienda de dulces y frutos secos cuando tenía 17 años. Consiguió el trabajo, porque una prima suya había dejado el puesto, entonces, decidió tomarlo. La tienda quedaba detrás de la casa de sus padres, la cual queda en la calle Águila, en el barrio de la Alhóndiga, así que llegaba allí caminando. Su madre y sus hermanos iban allí a comprar; a veces se encontraban con los dueños del local quienes hablaban muy bien de Mercedes. Como era una tienda de barrio, todos los vecinos que iban allí se conocían, querían mucho a Merce.

Los dueños del local eran una pareja joven, Ángel y Marisol. Mercedes aprendió mucho de ellos, sobre todo de Ángel, porque él fue quien le enseñó a manejar la tienda.  Para ella, él era un hombre de negocios muy inteligente, que sabía mucho sobre el trato al cliente.

«Yo recuerdo cuando la primera persona entró a la tienda. Yo no pensaba que él me iba a dejar atenderla. Pero, me hizo un gesto y me dijo: «Venga, empieza». Y yo le dije: «Pero… yo no sé los precios». «No te preocupes, yo estoy detrás de ti. Si me lo preguntas yo te lo digo». Y yo creo que eso lo hizo muy bien, porque él observó cuáles eran mis puntos fuertes» [sic].

Después de aquel primer empleo, Mercedes hizo otros trabajos como camarera de un bar o empleada de unas oficinas, luego de haber hecho su carrera en la academia. Sin embargo, el lugar en que decidió quedarse fue en Molina Efectos Especiales. Lleva trabajando en allí desde el 2005. La empresa necesitaba gente joven con expectativas de quedarse un tiempo largo, puesto que al ser una organización pequeña requería de personas de confianza. Los trabajos que realiza son de cuidado, toda vez que maneja información confidencial, como las claves del banco al que está afiliada la empresa.

Su trabajo requiere de cierto orden. Quien primero lee el guion es su jefe, él marca los lugares donde aparecen los efectos. Luego, es ella quien vuelve a leer el guion y saca el presupuesto de cada efecto. De esta manera hace una valoración por cada secuencia que está dentro del mismo.

Por ejemplo, cuando trabajó con la serie Juego de Tronos, muchas veces llegaban las secuencias en un storyboard, es decir, un conjunto de viñetas al estilo cómic. Siempre llegaba un archivo digital de la secuencia a rodar, pero, Mercedes no quería verlo ya que siempre las escenas hacían referencia a una batalla importante dentro de la serie. «Mi jefe me decía: «No la veas, no te voy a contar nada. Solamente hay que hacer fuego aquí, hacer fuego allí…». ¡Ja! El fuego, yo me imaginaba que era una batalla de dragones» [sic].

Merce suele ir a los rodajes que se realizan en Madrid a ayudar a sus compañeros. Siempre le piden que haga fotografías. De por sí hay un fotógrafo en el set que toma las fotos de los efectos especiales; aun así, también se lo piden a Mercedes, debido a que ella es quien toma fotos del equipo trabajando.

Sin embargo, no pudo hacer esto en Juego de Tronos, dado que se requiere un permiso especial para poder ver las escenas. Entonces, ella fue a ese rodaje solo por su gusto.

Uno de los logros alcanzados por la compañía es el Premio Goya, en el 2014, por la película ‘Las Brujas de Zugarramurdi’. Ya habían ganado otros dos Premios Goya, pero en aquel entonces Mercedes no estaba trabajando en la empresa. Ella considera este reconocimiento como un logro propio, en razón de que estuvo involucrada en la preproducción.

Otro logro de Mercedes es ser madre.

«Uno de mis logros personales acaba de entrar a la habitación, es Álvaro», dijo por teléfono. «Te dice cositas, te abraza, te da besos, te mira y uno dice: «¡Uy! Entonces es que lo estoy haciendo bien»» [sic].

Álvaro solía ser más independiente cuando Mercedes iba a trabajar, porque él tenía su propia rutina. Él sabía que ella lo tenía que dejar en la guardería, que allí estaban sus amigos y su profesora, por eso nunca lloraba. Luego, su padre lo recogía y más tarde su madre llegaba a la casa para cuidarlo.  Sin embargo, ahora pasan las 24 horas juntos.

A pesar de ser un poco agobiante esta situación, Merce ha aprendido a entender las necesidades de su hijo sin que él le tenga que decir nada.  No obstante, Álvaro ha desarrollado mayor dependencia de sus padres, debido a que no ha visto a más personas además de ellos. Sin embargo, hace poco se dio el permiso de que los niños podían salir a dar pequeños paseos cerca de sus casas.

«Salimos a la calle y vimos a un niño, era un poquito mayor que Álvaro. Su mamá le había avisado que no debía arrimarse a otros niños. Entonces, ese niño estaba corriendo con su pelota, pasó cerca de Álvaro y en seguida que se dio cuenta, salió corriendo donde su mamá. Álvaro se quedó sorprendido, con las manos hacia atrás llamándole, como diciendo: «¿Qué hacías? Que no te he visto en todo este tiempo». Es una sensación muy extraña, porque no había visto a otro niño en mucho tiempo. Fue al estilo The Walking Dead, cuando te encuentras a uno de los tuyos» [sic]. The Walking Dead es una serie de televisión estadounidense, la cual comenzó a emitirse en el 2010 y es producida por AMC Studios. Su trama gira entorno a los supervivientes de un apocalipsis zombie.

Mercedes siempre había querido ser mamá, pero fue difícil la crianza del niño al principio.

«Ya no me podía ir a la calle sin tener nada en la cabeza, tienes que salir sabiendo que tendrás que volver a darle de cenar» [sic].

Por eso, con el tiempo aprendió a que las cosas deben fluir. Debía relajarse con el orden de la casa; con un niño, ser así es malo. Por eso Merce admite que Álvaro la ha cambiado como persona, ahora es mucho más tranquila en ese aspecto. Prácticamente ya no dobla la ropa como lo hacía antes.

«El centro de tu vida pasa a un segundo plano, tú eres secundaria; tu centro es él» [sic].

«Mercedes es bastante entregada, es buena mamá. Quizás se preocupa demasiado en que las cosas sean perfectas y eso a veces no es bueno. Me alegro verla como mamá, porque sé que ella siempre lo ha deseado. Aunque disponemos siempre de poco tiempo, siempre va a jugar con Álvaro y a enseñarle cosas» [sic], comentó Raúl, su pareja.

Mercedes conoció a Raúl cuando tenía 19 años. Su antiguo jefe, Ángel, había creado un nuevo negocio, un bar. Él decidió contratarla, entonces, Merce atendió la barra del local por seis meses. En verano, llegó Raúl y empezó a ir al bar a pasar todas las tardes. Quien se dio cuenta de la frecuencia con la que iba fue el jefe de Merce y él se lo comentó. A partir de esto, Raúl y ella comenzaron a romper el hielo. Se hicieron novios el 9 de mayo de 2003. A los tres años de relación, se fueron a vivir juntos, sin necesidad de estar casados. Aunque, con el nacimiento de Álvaro, decidieron firmar los papeles para la Unión libre.

Cuando Mercedes aún salía con Raúl, solían ver juntos las películas de Rocky, en vista de que a él le encantan. Los dos conseguían sacar de aquella historia el lado sensible. Para ambos, refleja un relato de superación, algo que han vivido durante la relación. Rocky tiene la fachada del género de acción, pero hay que verlo más allá de eso, es algo que conlleva a la motivación de seguir adelante.

La primera película de Rocky fue emitida en 1976 y dirigida por John G. Avildsen. Es la historia de Rocky Balboa, un boxeador que lucha por ser exitoso en su profesión. Cabe resaltar que esta obra es el preámbulo a una saga de ocho películas.

Al principio, Raúl pensó que el orden de Merce era algo bueno, pero a medida que pasaba el tiempo lo halló un poco difícil. A pesar de esto, debido a la convivencia de ambos, terminó por acostumbrarse. «Básicamente, me lo decía claramente: «¡Eres insoportable!»… Ojo, de buenas maneras » [sic], mencionó Mercedes.

«Yo le hacía ver que no tiene tanta importancia el orden. Lo importante era que nosotros estuviéramos bien y para ello, Merce debía ceder un poco» [sic], comentó Raúl.

Cuando Álvaro nació, la vida de Merce y Raúl cambió. Muchas veces no han tenido tiempo para ambos o tampoco han tenido el espacio para sí mismos. Aun así, como pareja han salido adelante, con el tiempo han construido una familia que trabaja en equipo.

Mercedes está orgullosa por la construcción de su propia familia y por mantener el contacto con las personas que ella quiere. Nunca puede dejar pasar un día sin solucionar las cosas con aquellas personas que le importan. Prácticamente, no puede irse a dormir sin estar en buenos términos con alguien con quien haya peleado.

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba