Opinión

2020: un buen año para la UT

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

Comunicador Social – Periodista; Especialista en Derechos Humanos y Competencias Ciudadanas de la Universidad del Tolima.

Sin ninguna duda ha sido un año supremamente difícil en el mundo. Además del COVID-19 que ha cobrado la vida de más de un millón de personas en todo el planeta, otros sucesos políticos, sociales y hasta paranormales como la revelación del Pentágono sobre la existencia de OVNIS; han hecho del 2020 un año para el olvido.

Sin embargo, y como las crisis en palabras de motivadores son «oportunidades de mejora», mal haríamos en no reconocer, que al menos para la Universidad del Tolima, el año que termina fue de mucha ganancia.

La obtención de la Acreditación de Alta Calidad, la gratuidad de las inscripciones y la matrícula cero, sumado a un robusto programa de bienestar estudiantil en medio de la pandemia, hicieron de la UT, la única universidad del sistema universitario estatal en Colombia, en otorgar gratuidad, dispositivos y conectividad, cuando apenas estábamos empezando a usar el tapabocas.

La consolidación de nuevos programas académicos como el de Química, la Maestría en Urbanismo, la Maestría en Derechos Humanos y Ciudadanía, así como la participación de un grupo de profesores, estudiantes y egresados en el Laboratorio de Salud Pública en la detección y realización de pruebas COVID; pusieron a la Universidad del Tolima en puntos muy altos e incluso como referencia para otras universidades del país.

Hay un detalle que pocos conocen, y es que la UT no abandonó a sus trabajadores durante la pandemia. A los profesores catedráticos se les contrató incluso antes de iniciar clases, y a los funcionarios que venían siendo contratados para servicios exclusivos de presencialidad como es el caso de los trabajadores del restaurante universitario, se les contrató para otras tareas que pudieran realizar con el fin de no desampararlos. A nadie se le ha dejado de pagar su salario, ni sus dotaciones y demás obligaciones sindicales, ni siquiera a quienes por cuenta de su edad o sus comorbilidades no han podido laborar como corresponde.

Si ha habido un año donde se ha sentido la unión y el respaldo de la institucionalidad en el tejido humano de la Universidad del Tolima, pese a las circunstancias, sin duda ha sido este, y hoy no hay quien pueda decir lo contrario. 

La UT ha demostrado con creces porque es la más importante del departamento, la más destacada y la más consciente de las realidades que a diario vive Colombia, y eso se debe al trabajo duro de un equipo de dirección, pero también al compromiso de toda la comunidad universitaria.

Hoy, con toda seguridad y humildad, puedo decir, que poco a poco, tenemos la universidad que soñamos, y que le va a quedar muy difícil a aquel que quiera poner en tela de juicio la idoneidad, transparencia y decencia del rector Omar Mejía, quien hasta el último día del año estuvo en su oficina trabajando y proyectando lo que será el 2021, ojalá lleno de muchos más logros para nuestra alma mater.

¡Feliz año para todos!

 

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