Un legado, un homenaje
Como es natural con tristeza recibimos las noticias de quienes fallecen, ya a nuestra edad lo vamos viendo y viviendo con nuestros referentes, los que nos enseñaron, de los que aprendimos, los que hablaron, fueron ejemplo o simplemente los que no lo fueron. En estas generosas líneas, que ya por muchos años comparto con ustedes, quiero hacer un homenaje a José Osorio Bedoya, ex gobernador del Tolima. De Don José aprendí que se puede hablar, que se puede socializar, pero sobre todo que se puede hacer.
El ex gobernador Osorio Bedoya, además nos dio ejemplo de amor por esta tierra, de vocación política, esa que con los hechos se demuestra sirviéndole a la gente, incuestionablemente nos marcó un camino, que recorrió con otros grandes del Tolima, para dejarnos una mejor educación y los cimientos de varias generaciones, que encontraron luego la desidia, el odio y la violencia. Siempre he dicho que, en el Tolima somos mucho más de lo que nosotros mismos exterminamos, nuestros desencuentros develan tal vez esa fortaleza inmensa de nuestra raza, muy a pesar de nosotros mismos aun prevalecemos y nos ven de afuera como no somos capaces de vernos, nos admiran y admiran nuestra tierra como aun nosotros no lo reconocemos.
José Osorio Bedoya, nos invitó a creer en nosotros mismos, a dejar las disputas, que terminan siendo la discusión de la retórica, donde no hay principios sino pareceres, no hay propósitos sino ambiciones, donde no se construye sino se destruye, donde como siempre se termina haciendo nada.
Casi un centenar de años cumplidos el pasado marzo por este gran gobernador, sirvieron para darnos cuenta la inmensa valía de nuestros mayores, de su camino recorrido, pero también de cómo debemos seguir su ejemplo y recorrer nuestro propio camino con su legado, con el inmenso amor por el Tolima, pero sobre todo superando la retórica como forma de vida, para darle paso a los hechos, al hacer como forma de desarrollo.