Deporte, Religión y Política en Ibagué
Es lamentable la manera ofensiva y en la que el alcalde de Ibagué Andrés Hurtado afrenta no solo a los deportistas locales, departamentales, nacionales e internacionales, sino a los ibaguereños en general cuando de manera arbitraria, grosera, ruin y rastrera ha decidido colocarle nombres religiosos al Coliseo Mayor y al Parque Deportivo, escenarios que por culpa del actuar corrupto de políticos y dirigentes deportivos nos han costado a los tolimenses ser señalados a nivel nacional e internacional a partir del año 2015 cuando fuimos víctimas del robo de nuestro escenarios deportivos.
Y es que el alcalde Hurtado desconociendo que nuestro país es un estado laico en el cual se le garantiza a todas las personas la libertad de cultos, profesar de manera libre su religión, además de difundirla de manera individual o colectiva, sin dejar de lado que todas las religiones son libres ante la ley como lo profesa el artículo 19 de la constitución nacional, está OBLIGANDO a los deportistas y visitantes del Parque Deportivo a ir a un espacio que se puede llegar a considerar como religioso.
Ahora bien, no menos grave es la manera burda en la el alcalde se burla de los principios olímpicos, esos por los cuales se rige el deporte en el mundo, donde claramente definen que “debe garantizarse sin ningún tipo de discriminación, ya sea por raza, color, sexo, orientación sexual, idioma, RELIGIÓN, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, riqueza, nacimiento u otra condición”, es decir, entrar al Parque Deportivo y al Coliseo Mayor implica que no hay tal respeto por la religión que cada deportista profesa.
Definitivamente a Andrés Hurtado, alcalde de Ibagué pareciera que no le importa lo que acaba de hacer con el escenario en donde se conjugan el deporte y la recreación de las familias ibaguereñas y tolimenses, como quien dice ahora no sabemos si vamos a entrenar, a divertirnos o a rezar al Parque Deportivo.