Opinión

Chantaje e improvisación: retorno escolar

Nelson Germán Sánchez Pérez -Gersan-

Nelson Germán Sánchez Pérez -Gersan-

Estamos de acuerdo en que debemos irnos introduciendo a la nueva normalidad, que el coronavirus llegó para quedarse, hay que aprender a vivir con él y la actual no será la última pandemia a padecer de este siglo.

El gran pero que comenzamos observar es que ese retorno no se hace desde la lógica y la planeación teniendo en cuenta los momentos, las coyunturas y las variables específicas para hacerlo; como por ejemplo en Ibagué, que las estén en colapso permanente, por encima del 90 por ciento de ocupación y que para colmo, desde la semana pasada las autoridades hayan dejado acabar las segundas dosis de vacuna Pfizer, retrasando aún más la inmunización general contra el Covid.

Pero pese a esa realidad inobjetable y como se ha vuelto costumbre en nuestra sociedad y en nuestra ciudad, la mentira y la improvisación se tornó una manera de gobernar y acciones mal encaminadas se anuncian con fanfarria y platillos –como el “retorno” a clases presenciales hoy-  para ocultar todas las falencias. Esa es la actitud más dañina y perversa que puede hacerse a una sociedad por quienes ostentan la calidad de funciones públicas.

En primer lugar, rimbombantemente se dice 40 instituciones regresan a la presencialidad, un éxito; se garantiza todo con las mayores medidas de bioseguridad y etcéteras. Pero lo que existe en realidad es un sálvese quien pueda y en este caso tanto el Alcalde como sus funcionarios lo que están haciendo es lavarse las manos y cuidar su pellejo de una sanción disciplinaria si no inician Ya como lo impuso el Ministerio de Educación y, en consecuencia, directivos docentes y profesores hacen lo propio sin importar número de contagios, velocidad de los mismos y condiciones reales de las instituciones de educación para iniciar. Es decir, lo que menos importa son la salud y vida de los niños y sus familias. Tan es así, que lo primero que socializó la Secretaría de Educación de Ibagué en un circular 225 del 2 de julio de 2021 de no iniciarse ese retorno fue “El incumplimiento de estas disposiciones llevará a la consecución de descuentos y procesos disciplinarios a que haya lugar”. Descontar sueldo y castigar. ¡Ah! por la misma entidad que con la rama judicial ha pedido que el servicio de justicia se mantenga de manera virtual y con trabajo en casa. Igual, que la Secretaría de Educación que no atiende en presencialidad completa si no en virtualidad hasta para la correspondencia. En fin.

En segundo lugar, estas autoridades hicieron los estudios, cuentan con información precisa frente a los costos y gastos en rutas o desplazamiento para las familias cuya situación económica no ha mejorado o apenas comienzan a tener ingresos después de estos 16 meses de duro golpe financiero, a quienes les toca gastar hasta en zapatos y tenis nuevos para los escolares, por ejemplo, nadie los iba a tener comprados desde comienzos de año por innecesarios.

Igualmente válido preguntar si se estableció un proceso para ese retorno, que según los expertos en psicología, sociología y comportamiento humano debe tener un periodo de adaptación gradual para evitar choques emocionales y problemas mentales, mucho más en Ibagué que en el 2020 registró 104 suicidios la mayoría de adolescentes entre 14 a 19 años, o sea edad escolar, sumados los más de mil 110 intentos de suicidio en el Tolima, cuya mayoría fueron en Ibagué.

El profesor estará con ellos en el salón pero no podrá acercarse mucho ni los jóvenes interactuar dentro o fuera del salón mucho ni con otros. En la sala de profesores si alguno corre la silla hacia atrás ya rompe el distanciamiento, por ejemplo.

Tampoco es cierto eso del éxito de la presencialidad, porque en las instituciones que abren hoy al contagio del Covid no todos los estudiantes van, lo hace la mitad o menos por salón, a quienes los padres firmaron la autorización de asistir, el resto sigue en virtualidad segura. Se quiere es forzar “a la maldita sea”, como dicen los jóvenes hoy.

Los niños deben ir con su kit de alcohol, tapabocas puesto y de repuesto, gel antibacterial (gasto para padres) y toallita para limpiar los pupitres y lo que toquen, es decir, esa labor de limpieza será de ellos. Y no hablo aún de la calidad de los tapabocas distribuidos a las instituciones.

Por esto y más hay que seguir investigando sobre esta medida ligera de parte de la Ministra y las autoridades de educación local. Porque solo se ve gente de rodillas, ciegamente dispuesta a cumplir las órdenes cualesquiera sean.

Y por favor, que el Alcalde no se vaya a atrever de nuevo a decir a padres de familia y estudiantes que se debe “cumplir la Ley”, porque si fuese cierto debería ser el primero en aplicarlo y no evadir de forma calculada, premeditada y siniestra la Ley en las audiencias por el juicio que se le sigue por los piques ilegales.

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