Cinismo o esperanza

Las palabras del presidente venezolano Nicolás Maduro en plena campaña presidencial, nos dejaron atónitos. Pretender, a estas alturas del partido, que los venezolanos que han migrado regresen a su país, confiando solamente en sus promesas, parece propio de una sección de Sábados Felices en sus mejores épocas.
¿Será realmente posible que el presidente Maduro piense que sus compatriotas, exiliados por la total falta de oportunidades que vive Venezuela desde hace más de 20 años y por el incumplimiento de sus promesas, aún confían en él, creen en sus palabras y van a regresar al país porque él se los solicita? ¿No será que ellos, como yo, creen que este es otro caso de “promesas de campaña” que solo busca que regresen a su terruño para que voten por él, facilitándole el fraude que seguramente, hará?
Porque recordemos que, según las cifras de ACNUR hasta septiembre de 2023, unos 7,7 millones de venezolanos habían salido de su país en búsqueda de protección y una vida mejor. Y es que, cómo no hacerlo, si el gobierno de Chávez y, posteriormente el de Maduro, han sido un tras pies tras otro, dedicado, cada uno de ellos, a empobrecer cada vez más a los venezolanos, acercándolos de manera vertiginosa, al estilo de vida de los cubanos.
Prometer en este punto que Venezuela será el «asombro de Suramérica», es tan creíble como aquella vez que dijo que Chávez le habló a través de un pajarito. Y es que no se puede negar el retroceso del país, la caída en picada de su economía, además de que es la nación más desigual de América Latina, como lo evidencia la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) y el sostenimiento en el tiempo de la caja CLAP, recibida hasta hoy por el 40 % de los hogares, según el último informe del Centro de Estudios Agroalimentarios.
Maduro les dice a los venezolanos lo «peor va quedando atrás”, “lo que viene para Venezuela es grande, es crecimiento, prosperidad, bienestar y humanidad», “Venezuela será el asombro de Sudamérica, ustedes me verán». ¿Cómo creerle cuando ni siquiera ha sido capaz de poner en marcha el Viceministerio de Atención para la Migración Venezolana, que lo prometió para ayudar a regresar a la nación caribeña a quienes «tuvieron que migrar»?
Venezuela merece elecciones libres, pero todo sabemos que eso no será posible. Maduro necesita continuar en el poder, para seguir beneficiándose de su cargo, mientras debilita cada día más, la economía del país, lo que le permite mostrarse como “el salvador”, cuando ofrece ayudas, como la mencionada caja CLAP. Recordemos que Chávez, durante los 14 años que estuvo en la Presidencia, permitió a su hija María Gabriela Chávez, amasar la fortuna de 4197 millones de dólares, dispuesta en sus cuentas de Andorra y Estados Unidos. Maduro puede tener una cifra cercana a esto, disponible.
Lo más triste de todo es que este espejo no fue suficiente reflejo para los colombianos, para tomar la mejor decisión… y ya comenzamos a ver sus consecuencias…