Opinión

El peor enemigo

Luis Carlos Rojas García

Luis Carlos Rojas García

Escritor

“Un pueblo ignorante, es un pueblo fácil de engañar y manipular”

(Ernesto Guevara)

En verdad, y no es la primera vez que lo escribo, uno quisiera escribir cosas más agradables del país multicultural, de la salsa y el vallenato, de la exquisita gastronomía, de las riquezas naturales, de los artistas y deportistas, de la gente trabajadora y guerrera, de las buenas acciones y la solidaridad y de tantas y tantas cosas buenas.

Sin embargo, resulta algo complejo pasar por alto la cara fea de Colombia, sobre todo, porque día a día van ocurriendo más y más cosas que, por más graciosas que las quieran hacer ver, no dejan de causar horror.

Pues bien, para no ir muy lejos, en lo últimos días y con el show de las vacunas, las personas en nuestro hermoso país, han dejado de usar tapabocas ¡Bueno! Siendo sinceros, la gente no es que haya estado muy juiciosa con ese asunto, pero, quisiéramos creer que existe algo de inteligencia para comprender, primero, que vacunarse no es sinónimo de salvarse del Covid-19 y que, por más espectáculo que hayan hecho con la llegada de unas pocas vacunas y, tarde como ya todos saben, tampoco es sinónimo que el país haya sido rociado con alguna suerte de agua milagrosa que todo lo cura.

Preocupa, en verdad preocupa un pensamiento tan pobre en una población que, si bien es cierto tiene muchas carencias económicas, también es cierto que tienen la posibilidad de salir adelante y de generar ideas o contribuir en proyectos espectaculares; de hecho, no es un secreto que en el extranjero los colombianos se destacan en los trabajos y son apetecidos por las empresas ya que, no solo se adaptan, sino, además, tienen una tenacidad única para llevar acabo todo tipo de labores.

Por supuesto que hay colombianos que se destacan por otras cosas, pero, sigamos creyendo que las personas que hacen las cosas bien, que se esfuerzan, que sacan la cara por el país, son más.

Ahora bien, no podemos decir que todos estos actos incoherentes como no respetar las consignas de salud que se tienen hoy en día, tomar venenos, crear publicidad falsa o incluso, hacer política con las vacunas, es propia de nuestro país, no. La verdad es que en los últimos tiempos todas estas acciones chocarreras se han esparcido por el mundo entero superando a la misma pandemia.

En este orden de ideas, y en medio de todos los problemas del país, es bueno comenzar a analizar que el cambio para Colombia no va a ocurrir de “chiripa” (una suerte favorable o casualidad oportuna) se necesita realmente trabajar para que las cosas mejoren; se requiere de la contribución de unos y otros en cosas tan simples como seguir cuidándose de una pandemia que, además de dejar varios muertos, también nos ha dejado varias cosas claras, como, por ejemplo: que el ser humano, aun en los momentos más difíciles, no aprende nada. Que la política y sus políticos no tienen límites a la hora de conseguir lo que quieren y que, para nuestro infortunio, la ignorancia es el peor enemigo de los pueblos.

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