El que pide, pero no da

Las peripecias que hace a diario el presidente Petro para llamar la atención, nunca defraudan. Siempre logra su causa y, cada vez es más notoria, para bien o para mal. Se ha ido acostumbrando a hacer lo que le provoca, sin tener en cuenta a quién afecta en el proceso. Poco a poco ha demostrado que su primordial interés es él mismo, sin tener en cuenta si afecta a los colombianos en el camino. Al fin de cuentas, es el presidente de nuestro país y, lo que haga, tiene repercusiones sobre nosotros.
La semana anterior, el presidente Petro estaba en Nueva York para hablar en la Asamblea General de las Naciones Unidas y aprovechó la oportunidad para reunirse con un grupo de manifestantes propalestinos en la Plaza Dag Hammarskjold, frente a la sede de las Naciones Unidas y les pidió a los soldados estadounidenses que “Desobedezcan las órdenes de Trump. Obedezcan las órdenes de la humanidad”. Como era de esperarse, el Departamento de Estado de EE.UU. no se aguantó el agravio y, con una comunicación en X, informó “Hoy temprano, el presidente colombiano (Gustavo Petro) se paró en una calle de Nueva York e instó a los soldados estadounidenses a desobedecer las órdenes e incitar a la violencia”.
Pero no se quedaron con el regaño, decidieron que “Revocaremos la visa de Petro debido a sus acciones imprudentes e incendiarias”. Ante eso, el presidente Petro, en su cuenta de X dijo “Llegó a Bogotá. Ya no tengo visa para viajar a EEUU. No me importa. No necesito Visa sino ESTA, por que no solo soy ciudadano colombiano sino ciudadano europeo, y en realidad me considero una persona libre en el mundo. La humanidad debe ser libre en todo el mundo. Tenemos el derecho humano de vivir en el planeta. Soy libre y todo ser humano debe ser libre en la tierra”.
A esto, se han sumado algunos de sus subalternos y miembros de partido, quienes han renunciado a su visa norteamericana, en lo que consideran un acto de “valentía” o “dignidad”. Todas estas acciones son, en sí mismas, inconvenientes, demostrando que el gobierno colombiano no tiene la menor idea de qué significa la palabra “diplomacia”,
Y es que el presidente Petro acostumbra pedir aquello que no da. Aquí, vive hablando de ‘golpe blando’ y quejándose porque los políticos de oposición, porque todo el país, no hace lo que él dice, como borreguitos regañados. Sin embargo, decide ir a otro país para, megáfono en mano, pedirles a los miembros de la Fuerza Pública que desobedezcan al presidente. ¿Acaso no se da cuenta que está promoviendo un fracasado golpe de Estado?
¿Por qué cuando en nuestro país, líderes de oposición han manifestado que la Fuerza Pública no debería obedecer al presidente en caso de que éste dé órdenes que vayan en contra de la Constitución, el mismo Petro ha salido a salir que él es el comandante en jefe de la fuerza y deben obedecerlo? Recordemos que aquí, ‘golpe blando’ se convirtió en la expresión favorita de Petro y su séquito, cada que alguien está en desacuerdo con sus ideas.
Es claro que la discusión va más allá en si estamos de acuerdo o en desacuerdo con las acciones del presidente. El punto es por qué él pide que nadie se entrometa en los asuntos de nuestro país, mientras él sí se entromete en los asuntos de los demás, lo más curioso, sin esperar consecuencias. La antidiplomacia que está manejando, claramente está dejando al país en un punto bastante complejo, al mantenerlo alejado de todo aquel que pueda apoyarlo en cualquier frente. Sólo nos queda confiar en que, en 2026, nuestra historia retome su rumbo y, al tiempo, podamos retomar las relaciones internacionales tan necesarias para nosotros, un país en desarrollo.



