Opinión

La marcha se marchitó

 Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa

Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa

Escritor

Demasiada hilaridad causó la paupérrima marcha que convocó la derecha colombiana y sus medios de desinformación esta semana.

Los personajes de siempre, que ya da pereza nombrar, salieron a vociferar que, supuestamente, esta era la marcha de las mayorías y que con la misma tumbarían de manera definitiva al gobierno de Gustavo Petro.

Había júbilo, arengas, aplausos, la oposición se sentía grande, cómoda; habían jugado todas sus cartas con la novela del hijo del presidente y ni hablar del resto de noticias falsas en su contra, en donde incluso, lo querían hacer ver como el peor de todos los padres.

Sin embargo, y cuando ya cantaban victoria, ocurrió lo que muchos sabíamos que ocurriría, la marcha, la marcha de las mayorías en contra de su mismo país, esa marcha sin sentido y sin razón, se marchitó.

Así es, la marcha se marchitó y se marchitó por obvias razones:

Primero, es claro que los colombianos que apoyan a estos políticos corruptos y sus medios, poco a poco se han venido cansando de escuchar sus discursos sin argumentos, sin fundamentos y lo que es peor, mentirosos.

Y no es para menos, por más que los medios intenten distorsionar la verdad, las redes y los medios independientes hacen lo suyo y hasta el mismo presidente. De modo que les queda bien complicado hacer que la gente siga creyendo en su corruptela.

Segundo, los colombianos que apoyan a esta gente están cansados de caminar sin saber para qué o por qué. Y es que en las marchas anteriores cuando son abordados por los periodistas independientes para que respondan a las preguntas de los mismos, los marchantes han quedado literalmente en ridículo tratando de responder a la pregunta: ¿Usted sabe por qué está marchando? Y si le sumamos que todo eso se sube a la red, el resultado de la ecuación es fácil de obtener.

Tercero, pese al caos y el pánico que los medios de desinformación han querido generar durante la administración del actual presidente, todo se les ha venido encima y cada mentira ha caído por su propio peso.

Como sea, los cambios y la situación del país saltan a la vista y no estoy diciendo que Colombia en un año de gobierno de Gustavo Petro sea un paraíso terrenal o algo por el estilo, no; pero, el pensamiento del presidente, su respuesta a los corruptos, su posición decente, propositiva, argumentativa y firme frente a gobiernos como el de Estados Unidos, entre muchas otras cosas, han puesto a nuestro país en el radar de quienes nos veían como la tierra del narco, la coca y el café.

El cambio sigue su curso y sabemos que vendrán más ataques, más desinformación y, sobre todo, veremos sin lugar a dudas la caída de los corruptos y sus medios.

Todo esto, porque… cada cosa que ocurre: Es un hecho Sam.

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