Les cortaron el chorro
En repetidas oportunidades he contado esta historia y creo que vale la pena repetirla una vez más.
En mis tiempos de radio en Colombia, conocí a un periodista, que le daba bastante látigo a la gobernación del momento; no les dejaba pasar ni media. Sin mentirles, nunca había visto a alguien tan dedicado en destapar las ollas podridas de una administración.
Así fue hasta que, por esas cosas de la vida, renuncié al trabajo y me fui a Bogotá a estudiar teatro, cine, televisión y actuación.
Luego, de regreso a mi ciudad coincidí nuevamente con el periodista aguerrido, pero ¡Oh sorpresa! Su discurso había cambiado a tal punto que sus noticias sobre la administración de turno, eran una suerte de canto de alabanza sobre cada cosa que hacían, incluso, de las investigaciones por actos de corrupción y otros escándalos, no decía nada.
Quedé totalmente sorprendido y, como buen periodista, me di a la tarea de indagar sobre el nuevo comportamiento del hombre que en antaño se mofaba por contarle al mundo lo que otros sospechosamente callaban.
Entonces, me dijeron que la actual administración le había dado unos cargos para algunos familiares suyos y a él le habían dado un contratico en un magazín radiofónico.
Ahí estaba todo más que claro. Recuerdo además que esa misma administración le dio a más de un periodista la oportunidad de obtener su diploma profesional ya que gran parte de los mismos eran (empíricos) que llaman, aunque esta expresión siempre me ha parecido despectiva.
Pero bueno, cuando pasan cosas como estas uno entiende que difícilmente un comunicador va a morder la mano que le da de comer a los suyos, a él o a ella misma y mucho menos, cuando les ayuda a conseguir el cartón profesional, sin contar los viajes, las comidas etc, etc y por si las moscas etc.
Entonces, la problemática que podemos evidenciar hoy en día con los medios corruptos de nuestro país es clara: el periodismo y el periodista, pese a que juegan un papel importante en la creación de sociedad de un país, han estado por años al servicio del gobierno y de las mafias del momento.
Son los y las Cancerberos de sus amos y harán lo que esté a su alcance para proteger a sus dueños. Imaginemos por un momento que, si estas cosas ocurren en ciudades pequeñas del país en donde muchos comunicadores cambiar comida por publicidad, qué puede llegar a ocurrir con los grandes medios y, ni hablar del tema internacional.
De ahí que cuando les cortan el chorro económico que les entra del dinero de los colombianos, como lo ha hecho el gobierno de Gustavo Petro, estos periodistas de renombre se enloquecen y se llevan por delante al que sea y eso no se puede negar por cada cosa que ocurre… es un hecho Sam.