Opinión

Los tiempos del circo sin pan

 Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa

Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa

Escritor

Dicen que en aquellos días, antes de la llegada del Mesías, un señor poeta de nombre Juvenal, se percató de una práctica bastante particular aplicada a pulso por los gobernantes de turno.

Dicha práctica consistía en darle al pueblo unas migajas de comida y todos los espectáculos posibles para que no se quejarán más. A esto, Juvenal lo denominó: ¡Pan y circo!

Pues bien, la dichosa práctica, pese a que fue evidenciada por el poeta en mención, tomó una fuerza sin precedentes hasta nuestros días; de hecho, en pleno siglo de tecnologías, carros voladores, teléfonos inteligentes y hasta esposas robotizadas, la estrategia del pan y el circo ha sido más que favorable para la derecha y los Ultra corruptos que todo lo pueden y que utilizan como mecanismo de distracción el show mediático, los partidos de fútbol y otros espectáculos para tapar sus crímenes y fechorías.

Sin embargo, debo decir que con la llegada de Javier Milei al poder en Argentina, la práctica milenaria del pan y circo ha tomado otro rumbo y muchos se preguntarán el porqué de semejante aseveración y yo responderé a continuación:

Si bien es cierto, para poder entender la razón por la cual un país como Argentina y su gente elige a semejante esperpento de presidente, hay que mirar en la historia misma del país, y ya de por sí eso es algo complejo, también es cierto que, no necesitamos ser unos expertos en historia para darnos cuenta que algo no anda bien en la cabeza de quienes idolatran a un sujeto que, sin el menor reparo, convirtió la estrategia del pan y circo en mero circo, mejor dicho, les quitó el pan y les dejó a punta de show.

A esto se suma que, si escuchamos al menos un minutos del trillado discurso de Milei, nos podemos dar cuenta que está cargado de odio y de un embrutecimiento que aturde, cosa que ya nos genera más duda en cuanto al pensamiento de sus seguidores.

Pero, lo más preocupante del asunto, es ver cómo muchos están apuntando a adoptar la incoherencia y el odio de Milei y hasta sueñan con implementar este salvajismo libertario en otros países; mejor dicho, pasamos de la mal llamada bukelización, que ya de por sí es ridícula, a la nefasta mileicización, por inventar un término peor de absurdo.

El incendiario, lenguaraz y atrevido Milei, quien fue capaz de quitarle el pan a su gente y tenerlos a punta de circo, es la muestra fehaciente de que no importa cuánto hayamos avanzado los seres humanos en tecnologías y otros menesteres, cuando seguimos atiborrados de una abrumadora ignorancia que nos llevará a lo mismo de antes y a peores cosas.

Entonces, vamos a ver cuánto pueden aguantar los argentinos y argentinas sin pan, pero, con un circo mediocre y vergonzoso porque… cada cosa que ocurre: ¡Es un hecho Sam!

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