Opinión

Sin el derecho

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

Cali está en recuperación, como todas las ciudades que han logrado sobrevivir a un gobierno de izquierda. Eso lo hemos sabemos todos y quienes vivimos en la ciudad, lo evidenciamos a diario. Desde la recuperación de la malla vial, que no había sido intervenida de manera contundente en más de 20 años, hasta el trabajo que se está realizando por rehabilitar y reincorporar a la sociedad de manera productiva a los habitantes de calle que han querido vincularse a la iniciativa, lo que es excelente oportunidad para todos, nos motiva a ver un Cali recuperada.

Infortunadamente, no todos los caleños aprueban o respetan este proceso, como es el caso de algunos petristas, entre ellos el representante a la Cámara Alfredo Mondragón, del Polo Democrático, quien apoyó a las personas que decidieron pintar con el mensaje “Petro no se va”, las paredes ya recuperadas de la calle 25. Esta zona será intervenida entre el 15 y 20 de octubre por un colectivo de 47 artistas locales y 2 internacionales, para lo que obtuvieron los permisos necesarios de patrimonio, a través del Comité de Arte Público. Gracias a ellos, ahora, la intervención será un poco más compleja.

Y es que estas acciones no pueden pasar desapercibidas. Como sociedad, no podemos seguir permitiendo que, quien quiera, independiente de su corriente ideológica o política, plasme lo que considera arte o mensaje de relevancia en cualquier pared, deteriorando el entorno y el patrimonio, porque hay que reconocer que, cuando las intervenciones tienen sesgos, en vez de mejorar y enlucir los espacios, los deterioran, afectando la percepción que se tiene de la zona y hasta el valor de la propiedad. Y puede que en este caso no se afecte directamente un valor económico, pero sí se afecta un valor de percepción, porque los mensajes políticos en las paredes, no generan confianza o tranquilidad en quienes visitan la ciudad. Y estamos ad portas de la COP16.

El señor Mondragón tiene su ideología y eso es respetable, pero afectar el patrimonio de todos, Cali, no es su derecho ni el de nadie. Cali es nuestra casa común y nuestro deber es cuidarla, para hacer de ella un lugar mejor, donde todos tengamos los mismos derechos y oportunidades. Infortunadamente, si le permitimos a cualquiera pintar lo que se le ocurra en cualquier espacio, tendremos que permitírselo a todos, porque, sin querer, se convierte en un derecho “Si él puede, yo puedo” y así no podremos convivir.

Es curioso ver este tipo de actuar en una persona electa por voto popular y cuyo objetivo primordial, es hacer cumplir la ley… y hasta crearla. No podemos permitir que nadie, independiente del cargo, la ideología o su poder, pase por encima de ésta o la imponga, sólo porque quiere algún provecho personal. Y no podemos seguir siendo laxos con quienes quieren pasar por encima de las normas que nos rigen, nuestro deber y responsabilidad es hacerlas cumplir.

Cali se encuentra en el camino de revivir, de retomar aquella belleza que conocimos de ella y nos hizo llamarla “La Sucursal de Cielo”, de lograr que los caleños volvamos a apropiárnosla y trabajemos a diario por mantenerla limpia, cuidada, protegida. Lo mínimo que uno podría esperar de un representante a la Cámara, elegido por voto popular, es que conozca los caminos adecuados para hacer sus luchas, las cuales deben incluir el respeto por todos y por la ciudad.

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba