Opinión

No me sorprende

Luis Carlos Rojas García

Luis Carlos Rojas García

Escritor

Podría decir que el actual fanatismo por un personaje como Rodolfo Hernández me preocupa, pero, la verdad es que no me sorprende mucho que digamos. Primero, porque no es la primera vez que vemos algo así, recordemos el desastre que tuvimos los últimos cuatro años con Duque; y ni hablar del fanatismo uribista que ha sido de lo peor.

Segundo, porque un sujeto como Hernández, en verdad representa la antítesis de lo que es ser un colombiano de bien y, sobre todo, un colombiano que piensa, que es crítico y que se preocupa por su patria.

De hecho, Rodolfo Hernández, pese a su discurso chabacano contra la corrupción, es la fiel muestra del sentimiento narco, descarado, socarrón y abusivo que, lamentablemente le gusta a más de un seguidor de esta suerte de secta que desde hace ya algunos años le declaró abiertamente la guerra a la paz y al cambio que tanta falta le hace al país.

No, no me sorprende ver la ignorancia rimbombante en las redes sociales promovidas por amigos, familiares, estudiantes, conocidos y no conocidos; gente que uno pensaría tienen al menos un poco de sentido común para darse cuenta que lo que está ofreciendo este nuevo representante de la corrupción, es más de lo mismo y hasta peor, porque ha logrado escalar hasta lo más alto de lo absurdo y lo siguen aplaudiendo.

Hernández a mostrado abiertamente que no es ni siquiera un buen ser humano y lo que es más irrisorio, ni siquiera se esfuerza por ocultar su mala conducta, su pensamiento machista y de capataz de finca; un hombre que fue criado con violencia y abuso autoritario, el mismo que ahora llama disciplina y mano firme, o sea, la misma mano que en su momento promovió el mismo Uribe y que, todos saben, lo llevó a creerse el papá de los pollitos, al punto que gritaba y regañaba a unos y otros y hasta hablaba de la pereza que, según él, teníamos por no trabajar jornadas extensas.

Por si no se han dado cuenta, es el mismo discurso que utiliza Hernández, el discurso del patrón. Para rematar, la ignorancia de este sujeto en materia país, supera incluso a la de Iván Duque. Tanto así que el no salir en los debates no es más que una estrategia más de este grupo de creativos que entendieron que contra el argumento no van a poder y como al pueblo le gusta el circo y el pan, pues eso es precisamente lo que están dando.

Cómo sea, la historia se repite una y otra vez y no tiene cuándo acabar. Los colombianos, no todos, pero sí una gran mayoría, no están listos para una conversación real sobre la situación del país, muchos menos están listos para afrontar la responsabilidad que tienen por todo el daño, las masacres y el abuso por parte de los mismos que han llevado al poder.

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