Opinión

Otro suicidio en el paraíso

Luis Carlos Rojas García

Luis Carlos Rojas García

Escritor

Una vez más hay congestión en una de las líneas del metro de Montreal, la razón, dice alguien en completa normalidad:

Ils nous ont dit de prendre l’autre ligne car un chauffeur s’est suicidé.

Traducido al español (Nos dijeron que tomáramos la otra línea porque un conductor se suicidó).

Sí, otro suicidio en el paraíso y como es costumbre, poco o nada se sabe de estos casos porque no lo cuenta la tv, la prensa escrita o la radio y cuando lo comentan, suelen romantizarlo y lo que es peor, normalizarlo, porque aquí todo es: ¡NORMAL!

Sí, aquí todo es absurdamente normal; de hecho, me atrevo a decir que es la tierra de los normalizadores; no sé si es por la manera como la gente se ha acostumbrado a callar por miedo a ser expulsados, en el caso de los inmigrantes, o porque para todo hay una ayuda económica que ocasiona que quienes veamos este asunto del suicidio, del abuso laboral, de la falta de garantías en muchas empresas, el mismo racismo o la gran problemática de la salud, nos acusen de ser unos auténticos desagradecidos.

Claro, quienes tenemos la capacidad crítica y nos atrevemos a divulgar las cosas que aquí suceden y quienes no estamos dispuestos a seguir con el jueguito ese de vociferar que aquí no pasa nada, que todo está bien, que esto sigue siendo un paraíso, somos los bichos raros del paseo.

No obstante, y pese al marketing tan impresionante que le hacen a esta tierra prometida, los hechos hablan por sí solos y el suicidio, en verdad, es más que una tendencia en el país del norte. De hecho, las alarmas están encendidas desde hace rato.

Por si no me creen aquí les dejo un dato:

https://elcentronews.net/tasa-de-suicidio-en-canada-es-una-de-las-mas-altas-de-america/

Por supuesto, las estadísticas intentan camuflar este problema de salud. Otros, por su parte, hablan sobre el suicidio como algo que pasa, como la opción más acertada del suicida en un mundo de incomprensiones y rosas que se desojan como se desojan los años y la vida misma; dicho en otras palabras: ¡Pues tampoco es que debemos prestarle mucha atención a esta vaina! Al fin y al cabo, aquí no “roban” y podemos caminar en las noches sin problema.

Mientras tanto, una parte de la población, sobre todo la latina, asume que el suicidio tiene que ver con el clima, pero, se ha visto que, en primavera, verano e incluso en otoño, se presentan más casos de suicidio.

Dicen los que saben más que yo que posiblemente esto tiene que ver por la soledad que experimentan los habitantes de estas tierras frías y al ver que la gente sale acompañada de sus parejas entran en depresión (que es el otro problemita por aquí) y toman entonces la fatal decisión de quitarse la vida.

https://www.germanposada.com/post/en-montreal-el-suicidio-es-una-realidad-stella-kukuljan

Lo cierto es que, aunque muchos hablan de una increíble calidad de vida, de una sociedad que raya en la perfección al punto que el costo para llegar aquí es demasiado alto, la realidad es otra y a veces es más que cruel.

Por eso, quienes tenemos los pies puestos en la tierra sabemos que, si nos descuidamos, podemos llegar a ser una estadística más normalizada en una tierra dormida que actúa como esas familias ricas que prefieren barrer la mugre bajo la alfombra antes de asumir sus miserias y buscarles soluciones verdaderas.

Por todo lo anterior y más, lo mejor es que:

— Rentrez chez vous, votre dépression est normale, et n’oubliez pas de vous inscrire sur la liste d’attente et si ça fait mal, prenez de la morphine, ça aide beaucoup.

(Regrese a su casa, es normal su depresión, y no olvide inscribirse en la lista de espera y si se siente mal tome morfina, eso ayuda bastante).

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