Pasemos de la manifestación a la acción
Debo confesar que las marchas no son lo mío, básicamente porque las considero poco efectivas en el logro del objetivo final. Me explico: el narcisismo del presidente Petro no hará que renuncie, aunque toda Colombia salga a las calles y se manifieste por su incompetencia y la de su Gobierno, como lo evidencia al reencauchar el video que publicó durante la jornada realizado por Jaime Garzón, llamado “Clase dominante”. Sin embargo, lo que ocurre cuando estos encuentros se presentan, me conmueve.
Ver cómo la mayoría de colombianos somos capaces de unirnos en paz a manifestar nuestra inconformidad por el Gobierno que fue elegido de manera ilegítima, como lo corrobora hoy la violación de los topes de la campaña, es una sensación que llena el alma. Y lo hace, porque aún recordamos el estado en que fue sumido el país cuando, en medio de una pandemia, el Gobierno Duque decidió presentar una reforma tributaria y subirle $ 100 al galón de gasolina, lo que ocasionó que, desde el Pacto Histórico, se promoviera el mal llamado “estallido social”, que dejó al país sumido en un atraso sin precedentes.
Pero, la realidad es ¿Qué haremos, además de marchar? ¿Cómo impediremos que el Gobierno continúe haciendo cosas que no queremos que haga? ¿Cómo lograremos que los incautos que aún creen en las promesas de campaña, se den cuenta de que fueron solo eso, promesas? ¿Qué sanción social aplicaremos a los congresistas que vendieron su voto para aprobar la reforma pensional que a ellos no les afecta? ¿Qué pasará con aquellos que permitieron que se violaran los topes de la campaña? ¿Qué va a pasar con el presidente Petro y su séquito, quienes se han beneficiado de un falso triunfo y han abusado del dinero del país, en vez de emplearlo en obras que son necesarias en muchos rincones de Colombia? ¿Cómo recuperaremos a nuestras EPS? Que no eran perfectas, pero eran mucho mejor que la propuesta actual del Gobierno. Porque salir a marchar es importante y deja claro ante nosotros y la comunidad internacional, que nos encontramos inconformes frente al rumbo que estamos tomando. Sin embargo, no es lo único que debemos hacer, necesitamos pasar a la acción… Y me refiero a la acción legal, a defender el país que tenemos, apoyados en las leyes que nos rigen.
Por eso, necesitamos presionar desde los medios y desde la comunidad misma, a entidades como el Consejo Nacional Electoral y al Congreso, para que revisen en detalle este tema y emitan las sanciones correspondientes a las personas involucradas en los hechos. No podemos permitir que las denuncias y evidencias pasen al olvido, como ocurrió con los 3 millones de votos de las elecciones, que aparecieron de la nada para la segunda vuelta y permitieron que Gustavo Petro fuera presidente.
Marchar es una manifestación importante, no lo niego, pero la idea de hacerlo cada mes, como fue la propuesta en Cali, puede ocasionar desgaste, que los ánimos disminuyan y, a medida que pase el tiempo, sean menos los asistentes, aunque seamos los mismos inconformes. Por eso, porque no podemos quedarnos en la queja mientras vemos cómo nuestro Gobierno sigue poniendo en riesgo lo construido, acercándonos cada vez más a ese terror que nos agobia que es convertirnos en Venezuela, es que debemos pasar a la acción, aplicando el artículo 109 de la Constitución, que “prohíbe a quienes desempeñan funciones públicas hacer contribución alguna a los partidos, movimientos o candidatos, o inducir a otros a que lo hagan, salvo las excepciones que establezca la ley. El incumplimiento de cualquiera de estas prohibiciones será causal de remoción del cargo o de pérdida de la investidura”.
Exijamos a los entes de control pasar a la acción con base en la ley, porque el camino por el que nos lleva el Gobierno realmente, no es, ni siquiera, el escogido por sus votantes.
