Por un 2025 con voluntad
Comienza 2025 y el panorama no es alentador. Seguimos en manos de un Gobierno que no se ha dado cuenta de que sigue incumpliendo los compromisos que hizo en campaña a sus seguidores, pero perjudicando a todos los colombianos; en manos de un Gobierno que sigue cazando peleas internacionales, pero que es incapaz de frenar el conflicto armado interno, a pesar de que fue su promesa para hacerse elegir.
Incluso, algunos de sus logros se ven opacados por la manera en que el mismo Gobierno los presenta. Esto ocurre con la entrada de Colombia al consejo de Derechos Humanos, acción que nos hizo pensar, se vería representada en cumplimientos a los firmantes del proceso de paz o a los líderes sociales, que siguen siendo asesinados sin misericordia. Sin embargo, las palabras del presidente Petro en X frente a este logro, hacen alusión a Perú, Palestina y, por fin, a Venezuela: “Colombia entra al consejo de Derechos Humanos por primera vez en su historia. La posición Colombiana ante la violación sistemática de los derechos humanos en Palestina será precisa y contundente. Velaremos por la libertad del presidente Castillo en el Perú y buscaremos un acuerdo político en Venezuela para garantizar derechos y libertades de su ciudadanía (sic)”, pero de lo que pasa en Colombia, nada, silencio sepulcral.
Y, aunque la mejor manera de garantizar “derechos y libertades” en Venezuela es respetar la decisión del “bravo pueblo” en las urnas y apoyar a la posesión de Edmundo González, a escasos cuatro (4) días, aún no sabemos con certeza si el presidente Petro se presentará o no, en la ilegítima posesión de Nicolás Maduro, quien busca pasar por encima de la voluntad de los venezolanos, acompañado y respaldado por sus secuaces, los presidentes de izquierda de América Latina. No podemos desconocer que la presencia del presidente de cualquier país o de un emisario del mismo en la posesión del usurpador, dirá que se está de acuerdo con lo que allí ocurre, lo que sería una desilusión para colombianos y venezolanos urgidos de ver cómo el panorama del vecino país, cambia.
Pero si por allá llueve, por acá no escampa y comenzamos 2025, ad portas de un nuevo paro camionero, una vez más, porque el Gobierno ha incumplido los acuerdos hechos con los transportadores en el anterior paro camionero, donde adquirió el compromiso de frenar el alza del ACPM y los peajes, promesas que, como ya sabemos, carecen de sensatez, básicamente porque el propio Gobierno Petro manifestó la necesidad de terminar de pagar lo que se adeuda al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, lo que hace inviable la promesa.
Por los lados de la salud, tampoco es alentador el panorama. Con el cálculo insuficiente para la UPC, Unidad de Pago por Capitación, las EPS que aún sobreviven no se demorarán mucho en comenzar a ser intervenidas o en pedir su retiro voluntario, terminando de poner en riesgo la salud de todos los colombianos. ¿Qué espera el presidente que pase, cuando no pone la cantidad de gasolina suficiente para que el vehículo ruede? ¿No se da cuenta que puede fundir el motor? Claro que, en su caso, como es el principal interesado en cambiar de vehículo, seguro no le importa que se dañe… ni a cuántos afecte de gravedad en el proceso.
Y, aunque el Gobierno dice que recursos no hay, parte del presupuesto sigue sin ejecución, impidiendo que se pongan en marcha los programas que podrían ayudar a alivianar la situación de muchos colombianos. El botón para la muestra sigue siendo el Ministerio de Igualdad y Equidad, que ha gastado más dinero en eventos y pasajes de avión, que en generar programas que ayuden a mejorar las condiciones de vida de los colombianos menos favorecidos. Parece que la vicepresidenta no ha encontrado un objetivo para darle a su Ministerio, a pesar de que, en Suárez, Cauca, de donde es oriunda, estarían encantados de ver cómo los apoyan con recursos para desarrollar programas que les permitan mejorar sus competencias o crear emprendimientos. Así, podrían capacitarse, organizarse y ser más eficientes en su productividad.
En definitiva, confiemos en que 2025 traiga al Gobierno voluntad, porque recursos sí hay.