Qué monstruos son
De niños eran las brujas, el hombre lobo, Drácula y otros tantos, quienes nos causaban los terrores nocturnos. Bueno, al menos eso era lo que pensábamos, porque, a decir verdad, venimos de una generación de abusos y maltratos, de una violencia desmedida camuflada de “familia es familia” y en donde la ley del silencio siempre fue la reina y señora que solía gobernar las vidas de esa generación que aprendió a callar y a llorar en silencio por el qué dirán.
Me refiero entonces a que, muchos adultos de hoy en día, fuimos alcanzados por la violencia, el dolor, la crueldad y los miedos que poco a poco se fueron normalizando en todas las sociedades del mundo.
Claro está, no falta quien diga que su niñez fue perfecta, pero, no podemos negar que, en algún momento, así no hubiésemos sido abusados, maltratados o violados, nos sentábamos frente al televisor a medio día o en las noches mientras comíamos y observábamos las noticias del momento que contaban la más cruel de las barbaries con tanta naturalidad que parecía que tanta sangre y deshumanización hacía parte de la comida que nos llevábamos a la boca.
Por supuesto, y como ya lo dije antes, cada habitante de cada sociedad a nivel mundial, ha tenido que lidiar con sus propios monstruos e incluso demonios, y no me refiero a la momia, las arañas, los esqueletos ni ningún ser fantástico por el estilo, no.
Los monstruos de verdad, viven en las casas, comen en las mesas de cada hogar, duermen en nuestras camas o les dan el beso de buenas noches a nuestros hijos. Estos monstruos salen a trabajar, pasean por los parques, dictan clases, suelen dar órdenes para que la bomba pueda estallar o para que los helicópteros abran fuego en contra de una comunidad; otros gobiernan países, van a reuniones lujosas o a canchas de tejo, juegan fútbol, actúan en películas, tienen miles de millones de seguidores en las redes, cantan, bailan, trabajan como cajeros en los supermercados y otros tantos, para no nombrarlos a todos, dan noticias y los más osados, hasta perdonan los pecados de los demás.
Los tiempos de esta humanidad agobiada y doliente avanzan en medio de historias aterradoras que superan todo tipo de pensamiento racional al punto que no deja de sorprendernos, como tampoco nos sorprende, a propósito de la celebración del Halloween, que unos y otros sigan acusando a esta fiesta como la obra y gracia de Satanás, la cosa más maligna del universo o la muestra de lo corrompida que está nuestra sociedad.
Sí, los monstruos son reales, son de carne y hueso, sólo necesitamos mirar con detalle para darnos cuenta qué monstruos son y cuando los descubrimos podemos hacerles frente, no importa en el campo o contexto en donde nos encontremos, porque, cada cosa que ocurre: ¡Es un hecho Sam!