Historias

Ser un Fórmula 1

Martha Lucía Barbieri

Martha Lucía Barbieri

Comunicadora Social -Yo soy la que soy –

Hace unas pocas semanas, una amiga cercana me contó una historia. Me dijo que estuvo en una conversación telefónica informal con uno de sus amigos, permanecieron charlando como cualquier otro día de sus anécdotas y de la vida, era una de sus comunicaciones habituales y sin mayores novedades que contarse. El tema fue cambiando un poco su curso y él le dijo, palabras más, palabras menos: “yo te percibo como un automóvil de la Fórmula 1, conducido por una viejita”.

Impávida quedó mi amiga y sin ahondar en el asunto o preguntar el por qué, conversaron un poco más y al rato se despidieron.

Ella me contactó, hizo su relato con curiosidad y asombro y me preguntó qué pienso sobre esto:

Ferrari F1

_ Vamos a tomarlo como un piropo_ le dije, y con lo básico que sé de los F1 y de las personas mayores, añadí: _ La Fórmula 1 es uno de los deportes más prestigiosos del mundo, el motor de estos carros produce muchos caballos de potencia (después leí que 900), los autos tienen gran calidad, complejidad y diseño; por lo tanto debes tener un buen chasis y carrocería _ comenté, pícara y entre risas…
Proseguí: _ las características de estos automóviles son únicas, son obras de arte de ingeniería y requieren un sustancioso desembolso económico. Frenos, volante, ruedas, aerodinámica… yo creo que eres un Ferrari o un McLaren… _ y seguimos riendo.

_ Ahora vamos a la parte del piloto_ dije ya un poco más seria. Comenté que los pilotos de la F1 son unos de los atletas de mejor forma en el mundo y que deben tener mucha destreza, disciplina, talento y preparación física y mental ya que sus entrenamientos y sus carreras son extenuantes.

Agregué que los “viejitos” (como dijo su amigo), a pesar de sus cambios fisiológicos naturales por la edad, tienen toda la experiencia, sabiduría y fortaleza. Le dije que las personas mayores son mentalmente más agudas, estables, han superado miedos, equilibrado emociones, disfrutan más de la vida, gozan de autoconocimiento, son serenos, tienen habilidad para resolver conflictos y ya no manifiestan tantas ideas preconcebidas, por lo tanto, están “por encima” de muchas cosas.

En mi análisis para interpretar la idea que quiso metaforizar el amigo de mi amiga, estoy segura de que no quiso ser peyorativo ni con ella ni con los ancianos. Casi con certeza logro percibir que él ve en ella muchos talentos y potenciales tal vez no expresados en su máximo nivel. Es posible que él no haya elaborado claramente su noción sobre el piloto del auto, creo yo que sólo se enfocó rápidamente en la supuesta lentitud que viene con el paso del tiempo.

Definitivamente ojalá pudiéramos obtener en nuestra juventud y madurez la sapiencia, cualidades, características mentales,
emocionales y espirituales que sólo se logran en el otoño de la vida.

Animé a mi amiga querida a preguntar directamente qué le quisieron expresar. Me despedí de ella alentándola y diciéndole que en el sosiego interno seguro puede descubrir sus talentos. Finalmente la hice reír al decirle que cuento los días para animarla en el Circuito de Mónaco.

Concluí, para mí, que no hay un derrotero para la vida y recordé este bello aforismo de Platón conocido como la Metáfora del Carruaje:
«El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos».

Metáfora del Carruaje

Siendo el carruaje nuestro cuerpo físico, el cochero la mente, el caballo las emociones y pasajero (el yo) el ser o cuerpo espiritual, a su vez somos nosotros y quienes damos sentido al viaje.

En definitiva, si mi amiga tiene lo mejor de cada uno, creo que ser un Fórmula 1 piloteado por un anciano puede llegar a ser una fantástica combinación.

En este jueves de volver a lo que fue, les deseo que todos lleguemos a ser caducos manejando nuestro Fórmula 1.

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