Opinión

Transporte, tránsito, movilidad y caos (segunda parte)

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

Abogado Esp. Der. Público Uexternado | Mágister en AED y Políticas Públicas usal |Curso Law & Economics Harvard |ExPersonero de Ibagué |Docente U. | #Dignidad

Ya referenciamos, la semana pasada, los problemas en la implementación del Sistema Estratégico de Transporte, ahora revisemos, en esta segunda parte, lo que ocurre en tránsito y movilidad. En el primero, esto es, en tránsito, la gestión es deplorable, seguramente es una de las entidades (la Secretaría) más anticompetitivas del país, esta siendo devorada por la desidia, la desatención y el atraso. Van cuatro secretarios en tres años, más de tres mil quinientos trámites represados, agendas para realizar un simple trámite como cambio de propietario, expedición de una licencia de conducción, o cambio de color del vehículo que pueden tardar hasta tres meses en Ibagué, esto es inconcebible, máxime cuando estos mismos trámites se hacen, en otras ciudades, en una hora.

Revisemos estas cifras para entender el daño que se causa a la ciudad. El año que pasó (2022) se vendieron en el país 262.338 vehículos, en enero de 2023 ya se habían vendido 13.852 vehículos y 54.998 motocicletas. Tradicionalmente, en el reparto nacional, el Tolima matriculaba el 2% e Ibagué el 1% de estos número correspondientes a ventas de vehículos que salen a circular las calles, que, a hoy, más de un mes después de iniciado el año, debe ser muy cercano a cero (más que a uno), por la crisis que afronta la secretaria. Ibagué, en este panorama se queda con el vehículo y la motocicleta transitando por la ciudad (con la externalidad negativa), pero sin el impuesto de rodamiento y los derechos de matrícula que se generan.

Lo mas grave de todo, es que, hoy día, la moto, por ejemplo, es un indicador de crecimiento de la economía popular y un medio de transporte que resuelve la movilidad en el desplazamiento hogar – trabajo de un sector socioeconómico de la población (estratos 1, 2 y una parte del 3), ante la ausencia de, por un lado, resolución de un transporte seguro y eficiente como podría haber sido el SETP y, por el otro, la institución encargada de su atención, así como la generación de políticas apropiadas. En esta materia, la ciudad esta acéfala con una secretaria a espaldas de la ciudad y literalmente alejada. En movilidad, el panorama es desalentador y, por supuesto, un resultado lógico de lo dicho antes en transporte y tránsito. El desorden vial es incontrolable, no existe autoridad, los trancones son mayores cada día y no se avizora una solución adecuada para su tratamiento.

El problema no es de poca monta, miremos estos datos que impactan negativamente el crecimiento de la ciudad y afectan gravemente los recursos públicos en salud y en productividad con la muerte temprana de jóvenes –en el inicio de la etapa productiva-. En el departamento del Tolima durante el año 2022 se presentaron 1.759 accidentes de tránsito, con un aumento del 21.73 % con referencia al año anterior (2021). El saldo, 312 muertes, de las que 175 fueron motociclistas, 51 en vehículos individuales y 47 peatones.

Con respecto al municipio de Ibagué en el año 2022 se presentaron 980 accidentes de tránsito, aumentando en un 17.79% con respecto al año 2021. Del total de accidentes 79 personas fallecieron, un 6.76% mayor que el año anterior, de los cuales 42 fueron motociclistas y 19 peatones.

¡Este panorama tiene que cambiar!

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