El Deporte favorito del Ministerio del Deporte es acabar con el futuro deportivo del país
Recientemente, la ministra del Deporte, Luz Cristina López, afirmó que “el Tour Colombia no le deja nada en materia deportiva al país”. Y aunque sus palabras puedan generar polémica, no sorprenden. Reflejan la desconexión de este gobierno con el deporte y su impacto en los sueños de las futuras generaciones. Pocos niños, bajo estas circunstancias, aspirarán a ser los nuevos Nairo Quintana, Egan Bernal o Rigoberto Urán.
El deporte en Colombia, bajo el mandato de Gustavo Petro, ha sido un campo abandonado. Perdimos los Juegos Panamericanos en Barranquilla, un evento que habría significado un impulso económico y deportivo para el país. Además, la primera ministra de esta cartera enfrenta serios problemas judiciales, lo que no solo cuestiona su gestión, sino también el compromiso de este gobierno con el sector.
Mientras tanto, los deportistas siguen mendigando recursos. Pareciera que la frase del presidente, “El deporte olímpico solo se hace por ganas, no por plata”, no es una simple declaración, sino una política de Estado. Bajo esta lógica absurda, nuestros atletas son héroes no porque tengan apoyo, sino porque logran resultados pese a la indiferencia estatal.
La ministra y sus funcionarios solo aparecen para las fotos, para declarar días cívicos cuando no hay nada que celebrar, y para promover medidas mediáticas sin impacto real. Basta con mirar los Juegos Nacionales del Eje Cafetero: a más de un año de su finalización, los escenarios aún no están terminados.
En lugar de fomentar el deporte como herramienta de transformación social, el gobierno parece más preocupado por discursos vacíos y políticas contradictorias. Hablan de turismo, pero dejan morir eventos como el Tour Colombia, que habría atraído visitantes y posicionado al país internacionalmente. Hablan de combatir el narcotráfico, pero ignoran que el deporte es una alternativa real para alejar a los jóvenes de la droga.
Señora ministra, su gestión y la de su gobierno son una vergüenza. El deporte no solo es competencia, es educación, cultura y esperanza. Y mientras usted y sus colegas sigan viendo al deporte como algo secundario, el país continuará perdiendo, no solo en medallas, sino en oportunidades para construir un futuro mejor.