La unión no hizo la fuerza

Los ibaguereños vivimos hace algunos días atrás una especie de unión de algunos políticos como Renzo García, Camilo Ossa, Camilo Delgado y Marco Emilio Hincapié entre otros, cuyo objetivo primordial era buscar promover la candidatura de uno de ellos rumbo a la alcaldía para con ello poder enfrentar a la candidata del actual gobierno y al candidato del barretismo, pues bien, como decía mi abuelita “dura más un merengue en la puerta de una escuela”, la tal unión empezó con ruedas de prensa conjunta, comunicados llenos de paz y amor, sin embargo todo se fue al carajo en un abrir y cerrar de ojos.
Tal vez por eso siempre me pregunté ¿Cuál será el que cederá en sus aspiraciones y trabajará apoyando al ungido por la unión?, y es que para mí todo empezó a desquebrajarse desde el momento en que apareció Rubén Darío Correa con sus comunicados y videos en los que decía que iba a cambiar su estatus migratorio en Estados Unidos por venir a salvar a Ibagué y ser el próximo alcalde, por lo que busco reencaucharse con la “unión”, al final eso que había manifestado en una columna anterior que no era más que recuperar el protagonismo perdido por el ex concejal Correa.
Ahora bien, seguían los precandidatos hablando de la solidez de la “unión”, tanto así que el 11 de junio me encontré en un evento social con Camilo Ossa y Marco Emilio Hincapié, les pregunté ¿Cuál iba a ser el mecanismo de selección del candidato? a lo que me respondieron que iba a ser encuesta y que estaban firmes con el “Frente Unido Por Ibagué”, claramente hoy ninguno de los dos hace parte de ese proceso.
Es decir, hoy eso que presentaron como el movimiento que salvaría a la ciudad de las garras de la corrupción, el desgreño administrativo y que se presentaron como el “cambio” que necesitamos en Ibagué, terminó siendo la unión de los desunidos, dejando más dudas que certezas, además evidenciando que los intereses personales y el ego nunca ha estado por encima de las necesidades de los ibaguereños, mostrando como a través de senadores, influncers y seguidores ataques indiscriminados de lado y lado por un cupo en el tarjetón, como dicen en el lenguaje callejero “pegados con b..”.