Opinión

Más que un hasta luego

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

Desde hace un par de semanas, se escucha en el país que habrá un remesón ministerial. Se ha dicho en varios medios de comunicación, que un aproximado de siete ministros deberán dejar sus cargos en los próximos días. El sábado en la mañana, el presidente Petro se despidió del primero de ellos, Luis Fernando Velasco, ministro del Interior, de la mejor manera que sabe hacerlo: por un mensaje en X. Siguiendo la tradición, Velasco también le agradeció por el mismo medio y le hizo un recuento de sus logros, esos que nadie más ve.

Estas acciones del presidente lo ponen a uno a pensar: ¿Cómo se puede sentir un colaborador, cuando el jefe tiene este tipo de actuar, tan ajeno y distante? La verdad, a esta altura del partido, ya todos deberíamos estar acostumbrados, lo que pasa es que la decencia no nos lo permite. La informalidad de este Gobierno no conoce límites y bueno, al menos se debe reconocer que no ocurrió como cuando en la pasada crisis ministerial, el presidente sacó a varios ministros sin siquiera haberles dicho. Aquí, al menos parece, que los rumores sólo necesitaban confirmación y que Velasco estaba listo para abandonar el barco en cuanto se lo solicitaran.

El mensaje del exministro en X no es claro sobre cuál será su futuro:  «…aquí existe un proyecto que vale la pena defender y yo lo haré desde el espacio que sea útil», dejando la puerta abierta para nuevos ofrecimientos en las huestes del Gobierno. Esto no es imposible, sobre todo si tenemos en cuenta que el exsenador Velasco dejó todas las banderas políticas que promulgó, sólo para llegar a este Gobierno y pertenecer a él como ministro, apoyándolo de forma incondicional con sus reformas, siendo el artífice de la aprobación irregular de la reforma pensional.

Por eso, no sería raro que, en los próximos días, sepamos que a Velasco le fue ofrecida una embajada, nueva o ya existente, vacante o removiendo a cualquiera con carrera diplomática que quede por ahí y que no le haga propaganda al Gobierno y al presidente, al fin de cuentas, es necesario proteger a Velasco, uno de los fieles escuderos de la causa y del presidente sobre todo ahora, cuando ha sido salpicado por las declaraciones de Olmedo López en el entramado de corrupción de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD.

Aunque apenas todo está en investigación y, como es costumbre, la Fiscalía no corre mucho para resolver aquellos casos que son de las entrañas del Gobierno que la ‘dirige’, el país espera resultados de la fiscal Luz Adriana Camargo, sobre todo, porque los acusadores son dos participantes activos de toda la operación, lo que supone que las pruebas son más que sólidas.

La carrera política y hasta profesional del exministro Velasco, necesita que el presidente Petro lo mantenga en sus afectos. Su actuar durante este Gobierno, solo lo deja fortalecido ante los intereses del Pacto Histórico, pero de espaldas a los intereses del resto del país. Además, lo puso al descubierto como un camaleónico más de la política, lo que le ha costado toda credibilidad frente a otros partidos, quienes no tendrán mucho interés actualmente, en acogerlo. Esperemos a ver si esta despedida es “más que un hasta luego”, que le trae a Velasco la oportunidad de seguir acompañando al Gobierno desde una nueva posición.

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