Opinión

El Rescate

Edwin Leonardo Díaz

Edwin Leonardo Díaz

Líder Cristiano, docente de Historia en la Unidad educativa Bíblica de Casa Roca Ibagué y estudiante de IBLI FACTER de estudios bíblicos superiores.

1 Timoteo 2:5-6
“Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los
hombres, Jesucristo hombre, 6 quien dio su vida como
rescate por todos”

Este pasaje de la Biblia lo encontramos en el Nuevo Testamento, en una carta que el apóstol Pablo envía a su joven discípulo Timoteo. Y vamos a analizar una Palabra Clave: Rescate.

El mediador entre Dios y los hombres es el rescatista… el que, por medio de un sacrificio gigante y sublime, dio su vida en rescate por todos…

Un rescate es la extracción de algo que está en peligro o perdido y llevado a salvo. También puede ser el pago de un precio por la libertad de un cautivo.

Hay rescates de personas en peligro por una avalancha o por el fuego, una inundación, un terremoto. Pero también en ocasiones hay rescate de personas que están secuestradas, retenidas o esclavizadas.

En este caso la Biblia nos habla del rescate del cautivo, del que se encuentra preso, atrapado en una red, el que ha sido encadenado. La pregunta es: ¿Encadenado a qué?

Gálatas 1:4
“Jesucristo dio su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo malvado, según la voluntad de nuestro Dios y Padre”

El rescatista, que es el Señor Jesús, nos rescató del mundo, del mundo malvado, rompió nuestras cadenas, nos liberó de seguir siendo dominados por valores, sabiduría, opiniones, deseos corruptos y placeres egoístas que
prevalecen en los que son del mundo.

Ahí vivíamos en una habitación oscura, relegados, comiendo de las raciones de ese mundo sin luz, vendados y amordazados. Estábamos cautivos, esclavizados, viviendo en un lugar estrecho, encadenados a las
perversidades, a los placeres mundanos y a las injusticias.

Pero… Si hay un rescate de las garras del mundo malvado, hay un rescatado que somos nosotros, y hay un rescatista que es el Señor Jesús; entonces…
¿Cuál es el precio?

1 Pedro 1:18-19
“Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, 19 sino con la preciosa sangre de Cristo,
como de un cordero sin mancha y sin defecto”

Esclavizados a los vicios, en fosas profundas empantanadas, ahogados en deudas, en fosas enlodadas y putrefactas, mal olientes; porque así es el pecado; putrefacto y mal oliente. Pero llegó el rescatista y con un precio alto nos liberó.

Entonces al ser liberados, no existe oro que nos pueda comprar, no existe plata que nos pueda pagar, no existe nada perecedero por lo que seamos vendidos, porque ya tenemos dueño, ya nos compró con su preciosa sangre.

¿Cuánto valemos?
La respuesta es: hoy valemos la Sangre de Cristo.

El Salmista nos da un gran ejemplo, el rey David solo tuvo que poner su esperanza en el Señor para ser liberado, para ser rescatado de la fosa de la muerte y para ser puesto en tierra firme.

Salmo 40: 1-2
Puse en el SEÑOR toda mi esperanza;
él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
2 me sacó de la fosa de la muerte,
del lodo y del pantano;
puso mis pies sobre una roca,
y me plantó en terreno firme
El apóstol pablo, así lo entiende y nos explica lo que debemos hacer a
cambio de semejante sacrificio.

1 Corintios 6: 20
“fueron comprados por un precio. por tanto, honren con su cuerpo a Dios. Fuimos comprados, somos suyos, pero lo hizo para que seamos sanos, libres y salvos. No para que sigamos atados y regresemos al cautiverio”

Esa fue la respuesta a la oración que alguna vez hizo el salmista, que alguna vez con lágrimas nosotros hicimos, y que el rescatista escuchó, se ciñó su arnés, su cuerda, su espada y nos sacó de la esclavitud, de la oscuridad, nos quitó la venda, nos mostró la luz, nos rescató de la muerte, nos dio vida, vida en abundancia.

¿Te sientes atado, esclavizado y encadenado? ¿Te sientes enlodado, en una fosa sin salida? ¿Te sientes en peligro y amenazado?

El Rescatista está dispuesto a hacerlo; a liberarte y a buscarte hasta hallarte. Solo pon tu confianza en Él. Vendrá con amor, libertad y con vida en abundancia.

Juan 10: 10

El ladrón solo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Les invito a hacer una oración.

Dios, hoy oro para que seas tú mi rescatista, mi libertador, para que permitas que yo sea comprado por tu sangre preciosa y liberado de la fosa de la muerte, de enfermedad, de vicio, de injusticia, de pecado a la cual el mundo me ata, te reconozco como mi salvador y quiero ser transformado por ti… en el nombre de Jesús, amén

Bendiciones.

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