Opinión

Índice de Desempeño Fiscal 2021

Juan Guillermo Hernández Lombo

Juan Guillermo Hernández Lombo

Columnista Invitado
Abogado-Politólogo, Especialista en Derecho Administrativo, Magister en Gobierno y Gestión Pública. Asesor y Consultor de entidades Públicas, Docente Catedrático U. del Tolima.

Algunas luces y adornos propios de la época navideña nos advierten que a la vuelta de la esquina no solo está la llegada de las fiestas decembrinas, sino también el fin de este 2022, y con ello época de balances, reflexiones y proyecciones.

Con el sol a sus espaldas, empezamos a presenciar el ocaso de las actuales administraciones municipales y departamentales a quienes a partir del próximo año les restarán los últimos doce meses de gobierno, periodo que estará atravesado tanto por las actuales reformas que se adelantan desde el gobierno nacional como por las elecciones de quienes les sucederán en los próximos cuatro años.

A mediados de este año, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) le presentó al país los resultados del Índice de Desempeño Fiscal (IDF) correspondiente a la vigencia 2021; una medición a través de la cual el DNP en cumplimiento del artículo 79 de la Ley 617 de 2000 -que le ordena publicar los resultados de la evaluación de la gestión de todas las entidades territoriales al menos una vez al año- analiza el desempeño de la gestión financiera de municipios y departamentos de todo el país, dando cuenta entonces, de su sostenibilidad financiera a la luz de la viabilidad fiscal, capacidad de generación de recursos propios, endeudamiento, niveles de inversión y la capacidad de gestión financiera.

Pues bien, seguramente por la coyuntura generada con ocasión del debate presidencial, los resultados del IDF-2021 pasaron desapercibidos a los ojos de la opinión pública, a pesar de su relevancia a la hora de evaluar la gestión de las actuales administraciones de nuestros departamentos y municipios.

Para el caso de los departamentos, el IDF establece cuatro grandes categorías que son definidas de acuerdo al puntaje que sobre 100 alcancen estas entidades, así: Deterioro (<40), Riesgo (>=40 y >60), Vulnerable (>=60 y <70) y Solvente (=>70 y <80).

Los departamentos obtuvieron en su conjunto un promedio de 57,5 puntos en IDF-2021, mientras que en el 2020 el promedio en el indicador fue de 54,1, lo que significa la existencia de un deterioro generalizado en el desempeño fiscal de los departamento en el país. En detalle, fueron 21 departamentos clasificados como Riesgo, 8 en vulnerables, y tan solo 3 entidades obtienen puntajes por encima de 70 puntos, es decir que se ubican como Solventes.

El caso puntal del departamento del Tolima que con 69,46 puntos es uno de los 8 departamentos que se encuentra en un nivel vulnerable, por encima del promedio nacional.

Sin embargo al entrar en el análisis de los resultados de los 47 municipios del departamento del Tolima, los resultados no son alentadores. El grueso de los Municipios (38 en total) se encuentran clasificados con nivel de Riesgo, esto es, con resultados en su calificación iguales o superiores a 40 puntos y menores de 60; en ese mismo sentido, han sido clasificados como en Deterioro 4 Municipios (Ataco, Dolores, Ortega y San Luis); como vulnerables otros 4 (Armero, Espinal, Flandes Mariquita) y tan solo un municipio se encuentra en la categoría solvente (Melgar).

Así las cosas, con 42 de los 47 Municipios con calificaciones pobres que los ubican en niveles de Riesgo y Deterioro, el desempeño fiscal a nivel local debe encender las alarmas, los mandatarios de estos Municipios salen muy mal librados con esta medición.

Al revisar en detalle cada una de las dimensiones que integran la medición existe una que llama poderosamente la atención y la de la dependencia a las transferencias de la Nación, bien sea a las provenientes del sistema General de Participaciones ó a las del Sistema General de Regalías. Allí, las calificaciones obtenidas por los municipios del departamento evidencian en promedio una dependencia que se acerca a los 70 puntos, lo que impacta la calificación en este sentido pues obtienen unos resultados en promedio (31 puntos) que se encuentran en el rango mas bajo, esto lo que los ubica automáticamente a todos en el mencionado nivel de Deterioro.

Lo anterior significa que hoy por hoy nuestro municipios presentan una muy deficiente gestión en su capacidad de generar recursos propios (tributarios y no tributarios) adicionales a los percibidos por concepto de transferencias. Y aquí hay algo interesante que debe destacarse, pues llamada poderosamente la atención que los municipios con mejor calificación en esta dimensión (Melgar, Carmen de Apicalá y Flandes) son precisamente aquellos en los que se destacan por ser destino turístico del departamento y se encuentran ubicados en esa zona del centro del Departamento que hoy experimenta un auge en este sentido, pues la explosión en la construcción de viviendas de descanso y veraneo empiezan a generarle a estos Municipios importantes recaudos por concepto de impuestos como el del predial o industria y comercio, los que como se evidencia se convierten en una importante fuente de recursos propios que a su vez deberá redundar en las oportunidades de inversión de lo recaudado en infraestructura para el desarrollo integral de sus comunidades.

La lección pues es una sola: es necesario que muchos de nuestros municipios con enormes potenciales turísticos se conviertan en lugares atractivos para atraer inversión que les permita avanzar en el desarrollo inmobiliario de sus territorios, garantizando de esta manera mayores fuentes de ingreso propias, mayor autonomía en cuanto a la inversión e inversiones integrales para el desarrollo de sus municipios.

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