Opinión

¡Que viva la fiesta! ¿qué viva?

Nelson Germán Sánchez Pérez -Gersan-

Nelson Germán Sánchez Pérez -Gersan-

Regresó la alegría de las festividades de mitad de año a Ibagué. Luego de dos años nos merecíamos reencontrarnos llenos de júbilo y con el pecho pletórico de música y folclor.

Sin distingo de raza, credo, religión, condición económica u orientación política el San Juan y el San Pedro vuelven a unir en el caliente asfalto de la carrera Quinta a petristas, rodolfistas, uribistas, barretistas, godos y alternativos al grito de iiiiii San Juan, San Juan, San Juan. Portando sombrero de palma real, de pindo, rabo de gallo o traje folclórico multicolor, compartiendo tamal, lechona, achiras, insulsos y Tapa Roja.

Es momento para celebrar, de algarabía y es menester gozarlo, por supuesto que sí. Buen punto para la administración local y la departamental ese mensaje de fiestas únicas, de trabajo en equipo para la celebración, la programación estructurada y los artistas musicales de talla internacional que incluyeron, acompañados de talento local. Aunque creo que contrario a lo que algunos piensan, los recursos para estas festividades fueron pocos, el monto debería haber sido de por lo menos 10 mil millones de pesos para jalonar una reactivación económica mucho mayor. Cosa distinta que supuestamente existiera direccionamiento, corrupción, coimas o incumplimiento de la Ley para adjudicar esos contratos, lo cual debe documentarse, denunciarse y solicitar a las autoridades que investiguen, esclarezcan y sancionen de ser el caso.

En fin, por mejorar queda todo el tema logístico, nada de la excusa de que como hubo un pare de dos años entonces es comenzar de cero. Carreta. No se puede improvisar de nuevo para lo que resta ni en horarios, cumplimientos y tiempos, esos enormes retrasos de tres o cuatro horas son absurdos para una festividad de esta experiencia, permitirlo simplemente es un retroceso, pereza, falta de planeación, coordinación y efectividad; además, de una falta total de respeto para con propios y visitantes lo cual desdibuja cualquier espectáculo por bonito que sea.

Igualmente, faltó más ornato para la ciudad en parques y zonas verdes, canecas para la basura habilitadas, puntos de información y señalética que den cuenta de lugares de interés, de baños públicos, de acceso y cruces, así como presencia institucional en las calles en horas de la noche y vías reparcheadas –muy tonto celebrar que se taparon mil huequitos de las deterioradas calles ibaguereñas, cuando existen como diez millones y medio sin tapar- y mucho menos sin en los barrios por donde transitan rutas del transporte público no se hizo la labor.

Tampoco se puede celebrar el maltrato animal abominable que se vio en las calles durante la cabalgata, es hora de que un “espectáculo” como ese tenga su propio escenario o se haga en la zona rural con un recorrido exclusivo. Imposible que a la vista de las autoridades a la media noche todavía se vieran ejemplares transitando por las calles de Ibagué o jinetes ebrios exhibiendo estos agotados animales.

En fin, esperemos que para esta semana que viene todo salga mejor, demos una impresión mucho más agradable, poder enderezar la imagen de solo rumba, trago, desorden en vías públicas y accidentes de tránsito con muertos y heridos. Prestar una mayor y mejor atención a clientes y turistas, que sigue siendo un punto negativo, lo mismo que el control a precios para evitar abusos. Por lo demás, que viva el San Pedro.

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